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Reducir deuda y crear un escudo frente a la dura crisis por la que ha atravesado el sector de los 'telecos' en Europa en los últimos años. Han sido los dos objetivos que han guiado la gestión de José María Álvarez-Pallete en los casi nueve años al frente de la operadora. El primero, lo ha conseguido, con una reducción de la deuda neta del 40% que, no obstante, no ha servido para evitar que la compañía quede rezagada frente a sus competidores mundiales, tanto en negocio como en Bolsa.
«Telefónica sigue siendo una empresa sólida con un negocio estable y un peso significativo en el sector de las telecomunicaciones, tanto en España como a nivel global. Sin embargo, su capacidad de generar el crecimiento que el mercado demanda parece limitada y eso es lo que de verdad importa a los accionistas e inversores», explica Javier Molina, analista de eToro.
40% Presencia femenina
Es la cuota que la ley de paridad obligará a cumplir en el consejo de las cotizadas del Ibex-35 a partir del 30 de junio de 2026.
Para que la llegada de Murtra y los posibles cambios de estrategia en la compañía tengan su efecto entre los inversores, será necesario que el nuevo equipo directivo haga frente a los tres grandes desafíos estructurales del sector: la elevada competencia, la necesidad de fuertes inversiones en tecnología como el 5G y una presión constante sobre márgenes.
El nuevo presidente tiene que buscar conciliar las demandas de los accionistas en el Consejo de Administración. El Estado español -a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI)- y Criteria Caixa -el brazo inversor de CaixaBank- controlan, respectivamente, un 10%, lo que les confiere un asiento en el órgano de gobierno. La operadora estatal de Arabia Saudí, STC, con un 9,99%, está a la espera de convertir su participación del 5% en derivados financieros para solicitar la designación del representante que le corresponde.
El consejo de Telefónica
Ejecutivo
Dominical
Independiente
Otros externos
Ángel Vilá
Marc Murtra
CEO
Presidente
Claudia Sender
Solange Sobral
Javier Paz
María Luisa García
Alejandro Reynal
María Rotondo
Peter Löscher
Francisco J. Riberas
Carlos Ocaña
Verónica Pascual
(SEPI)
José María Abril
Isidro Fainé
Vicepresidente
Vicepresidente
(BBVA)
(La Caixa)
El consejo de Telefónica
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Francisco J. Riberas
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Vicepresidente
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Carlos Ocaña
Alejandro Reynal
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Francisco J. Riberas
(SEPI)
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Solange Sobral
Javier Paz
Alejandro Reynal
José María Abril
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Marc Murtra
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Isidro Fainé
Vicepresidente
(La Caixa)
Ángel Vilá
CEO
Carlos Ocaña
(SEPI)
Claudia Sender
María Luisa García
María Rotondo
Peter Löscher
Verónica Pascual
A este complejo equilibrio de poder entre los accionistas de referencia para alinear sus intereses se suma la compleja tarea de aumentar la presencia femenina del consejo para cumplir con la ley de paridad, que obliga a que al menos el 40% de los miembros de las cotizadas del Ibex-35 sean mujeres a partir del 30 de junio de 2026. En su composición actual (15 miembros, a falta del que nombre STC, que previsiblemente será un hombre), haría falta una consejera más para alcanzar ese umbral mínimo.
Murtra no tendrá que esperar y podrá acometer cambios en el consejo desde ya. Aunque la junta de accionistas se celebra habitualmente en abril, pueden nombrarse nuevos consejeros por cooptación, aunque posteriormente sí que tendrán que ser ratificados por una junta, que puede ser ordinaria o extraordinaria, pero no hay obligación de convocar esta última.
El mandato de Murtra tendrá que luchar contra la percepción que ha generado entre los inversores -también entre las filas del PP, que han criticado el nombramiento promovido desde La Moncloa- de que los intereses de la compañía empiecen a tener en cuenta los intereses políticos además de los empresariales.
El nuevo presidente, con un perfil más político que su antecesor, tendrá más poder al contar con el respaldo explícito del 35% del capital de la compañía. Pero, al mismo tiempo, esta mayor vinculación con el Ejecutivo de Pedro Sánchez puede provocar suspicacias en aquellos países donde Telefónica cuenta con presencia a través de sus filiales, al percibirla como menos independiente.
Levantar el precio de la acción será otra de las asignaturas obligatorias de Murtra, que deberá responder tanto a las demandas de los accionistas privados de referencia como de los contribuyentes españoles a través de la SEPI. Desde que en 2016 Pallete accediera al a presidencia, el valor de la compañía ha caído un 56%. Competidores como Orange también caen de forma contundente en el periodo, pero otros como KPN mantienen su cotización intacta. Deutsche Telkom, dobla su valor.
Con sus títulos sin poder superar con contundencia y de forma sostenida los 4 euros en los últimos años, la teleco tiene comprometido un dividendo anual de 0,30 euros por acción hasta 2026. Una de las medidas para levantar el ánimo de los inversores puede ser mejorar el atractivo de este pago.
Sin embargo, el margen es estrecho por la elevada deuda. Aunque Álvarez-Pallete logró reducirla hasta casi la mitad durante su mandato, el pasivo asciende a 28.748 millones de euros, según las cuentas del tercer trimestre de 2024, últimas disponibles. La cifra llegó a superar los 50.000 millones de euros en la era del anterior presidente, César Alierta, por la apuesta del directivo por la expansión internacional de la compañía.
Fue en 2021 cuando Álvarez-Pallete marcó un punto de inflexión, cuando la compañía llegó a situar su deuda en mínimos de más de una década, en el límite de los 26.000 millones de euros, gracias a fuertes desinversiones con la venta de Telxius y la fusión de O2 con Virgin Media en Reino Unido.
Cuando Álvarez-Pallete fue elegido para sustituir a Alierta al frente de Telefónica, el 5G acababa de llegar al mercado. El despliegue de esta red, que requiere de fuertes inversiones, ha sido también parte de la estrategia del directivo en los últimos años. Y la nueva Telefónica tendrá que mantener esa expansión de la cobertura, sobre todo en un momento en el que las 'telecos' europeas buscan competir de tú a tú con sus pares estadounidenses y chinos, frente a los que han quedado rezagados.
El denominado 'informe Draghi' ya llamaba la atención sobre esta situación, instando a las autoridades del Viejo Continente a tomar medidas para favorecer las fusiones entre operadoras, que hoy por hoy «carecen de la escala necesaria» para competir con los gigantes de otras regiones. El propio Álvarez-Pallete ha pedido en numerosas ocasiones una mejor regulación que favorezca la competitividad del sector en Europa, donde actualmente existen 34 operadores de redes móviles y 351 virtuales (ORVM), cifras muy superiores a las que presentan EE UU y China.
De hecho, el informe Draghi apunta a que sin una regulación que favorezca las fusiones entre operadoras, será imposible alcanzar los 200.000 millones de euros de inversión que se estiman necesarios para avanzar en fibra y 5G en la región hasta 2030.
El nuevo presidente deberá ser capaz de aumentar la rentabilidad mediante el crecimiento orgánico al tiempo que reduce costes en un contexto en el que la empresa ha perdido su hegemonía frente al brío de las firmas de bajo coste. Es cierto que la mayoría de los clientes europeos, un 70%, permanecen en sus operadores tradicionales y solo el 30% tiene tarifas 'low cost'. Pero se espera que el 49% de los primeros hagan el cambio en un plazo de un año, según una reciente encuesta de Oliver Wyman. Italia y España son los mercados donde se prevé un mayor trasvase.
La irrupción de los gigantes tecnológicos también será un caballo de batalla de la nueva Telefónica, tras años en los que Pallete ha sido firme defensor de una regulación más estricta que obligue a estas empresas a contribuir financieramente al mantenimiento de las redes.
Murtra hereda el plan estratégico de Telefónica para 2023-2026 con el crecimiento, rentabilidad y sostenibilidad como principales ejes para liderar la era digital. Esta hoja de ruta pasa por rebajar la deuda neta a un rango de 2,2-2,5 veces para 2026; un crecimiento anual del 1% en ingresos, un aumento del 2% en el EBITDA y un avance del 5% en la caja operativa. En términos de ingresos, resulta clave firmar un punto y aparte en su evolución, después de que esta partida haya pasado de superar los 50.000 millones en 2016 a los 40.200 millones de 2023, último año completo con datos disponibles.
El control de costes también resultará clave en los próximos ejercicios, tras unos años en los que la automatización de procesos y la venta de activos no estratégicos ha provocado que la plantilla haya menguado de forma significativa. El último recorte fue acometido en 2024, con un coste de 1.300 millones para 3.421 trabajadores. Durante la 'era Pallete' España ha copado el grueso de las salidas con cuatro procesos de reducción de empleo. En total, Telefónica España ha pasado de tener 33.440 trabajadores a unos 27.700 en estos nueve años, según los informes financieros de la operadora.
La internacionalización ha sido siempre un objetivo para Telefónica. Un proceso de expansión que le ha llevado a desplegarse desde los años 80 por 25 países. Uno de los principales hitos que vivió la compañía fue la adquisición de la británica O2 -el segundo teleoperador de Reino Unido- en 2005.
Sin embargo, la región donde la firma ha sabido consolidarse ha sido Latinoamérica, destacando especialmente en Brasil, que está llamado a ser su principal mercado si se consuma la salida de Colombia -en verano se anunciaron negociaciones para la potencial venta de Millicom, su filial en este país- o de Argentina, si mejoran las perspectivas macroeconómicas con las recetas del presidente Javier Milei. Esta geografía, junto a Venezuela, ha causado pérdidas millonarias por la inestabilidad de estos mercados. En total, la operadora tiene fuerte presencia actualmente en 12 países.
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Rocío Mendoza, Rocío Mendoza | Madrid, Álex Sánchez y Virginia Carrasco
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