FAE prevé un crecimiento del PIB del 1% al 1,5% en Burgos, «si no entramos en recesión»

En la patronal FAE lo tienen muy claro. La crisis económica ni se nombra de palabra. Es algo en lo que los empresarios no quieren ni pensar, apunta Ignacio San Millán, aunque lo que sí tienen presente es que pudiera haber una recesión internacional. Es una de las posibilidades que manejan, y que condicionarán su crecimiento en 2023, un año que abordan con pesimismo.

El tesorero de FAE cree que no se llegará a esa situación, que evitaremos la recesión. Y si es así, estima que el crecimiento del PIB en Burgos estará entre el 1% y el 1,5%. Ello no evita que el 2023 vaya a ser un año «de apretarse el cinturón», pues sobre la mesa hay diferentes elementos de incertidumbre, más allá de la rimbomante recesión.

Entre el empresariado preocupan mucho cuestiones como las tensiones en el suministro de materias primas, los precios de la energía o el contexto político y económico internacional. Pero también cuestiones 'domésticas', como son la subida del salario mínimo interprofesional, las revisiones al alza de los convenios, la inflación o la subida de tipos de interés.

Son conscientes de que se va a producir una «contracción del consumo», explica San Millán. De hecho, ya se ha notado en los últimos meses. El poder adquisitivo está cayendo por la subida de los precios, pero también las revisiones salarias impactan en la economía de las empresas, uniéndose a otros aumentos de los costes productivos, lo que podría influir negativamente.

También lo hará la subida de los tipos de interés marcada por el Banco Central Europeo para frenar la inflación. «Habrá mas dificultades para acceder al crédito», ha indicado el tesorero de FAE, y las hipotecas se revisarán al alza, lo que impactará de nuevo en la economía de los ciudadanos. Por todo ello, San Millán prevé que este 2023 «se va a pasar bastante mal».

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