La escalada de precios ahoga a familias y empresas a las puertas de la Navidad

El Índice de Precios de Consumo (IPC) subió un 1,8% en octubre en relación al mes anterior y elevó su tasa interanual hasta el 5,4%, casi 1,5 puntos por encima de la tasa de septiembre y su nivel más alto en 29 años. El dato interanual ha sido revisado en una décima con respecto al avance publicado por el INE a principios de mes. Pero, en cualquier caso, denota la tensión inflacionista que, por ahora se cierne sobre la economía con efectos en toda la cesta de la compra.

Sin tener en cuenta la rebaja del impuesto especial sobre la electricidad, aprobado en septiembre, el IPC interanual alcanzaría en octubre el 6,1%, siete décimas más que la tasa general. Los precios no paran de subir desde marzo, aunque ha sido tras el verano cuando lo ha hecho con mucha más vehemencia, lastrando el poder adquisitivo de las familias y los negocios.

En este comportamiento destaca sobre todo la subida de los precios de la electricidad, que en el último año se ha encarecido un 63% incluyendo las rebajas impositivas aplicadas a la factura de la luz. Descontando dichas rebajas fiscales (el IVA ha pasado del 21% al 10% y el Impuesto eléctrico del 5,1% al 0,5%), la subida interanual del precio de la luz sería superior al 86%, es decir, casi el doble que hace un año.

También han influido el aumento de los precios del gas, del gasóleo para calefacción, de la restauración y de los carburantes y lubricantes para vehículos personales, así como el hecho de que los precios de la telefonía, de los servicios de alojamiento y de los paquetes turísticos bajaron menos en octubre de este año de lo que lo hicieron en igual mes de 2020.

El precio medio del litro de gasolina y gasóleo han encadenado su décima subida consecutiva esta semana, apuntando a máximos históricos. En concreto, el precio de la gasolina ha escalado hasta los 1,510 euros el litro, un 32% más caro que hace un año. Por su parte, el del gasóleo se acerca a los 1,39 euros, un 36% superior en término interanual.

Las esperanzas para que este capítulo de alza de costes pueda moderarse siguen puestas en la inflación subyacente (el índice que no incluye los precios de alimentos no elaborados ni productos energéticos, los más volátiles) al subir cuatro décimas en octubre, hasta el 1,4%. Aún así es el valor más alto desde 2017. De este modo, la subyacente se sitúa cuatro puntos por debajo del índice general, la brecha más elevada entre ambas tasas desde 1986, con datos homologables.

Ante este contexto, la CEOE ha achacado la subida de precios al «alto» repunte registrado por las materias primas, especialmente la energía, aunque estima que esto será una situación «pasajera» que se moderará en los próximos meses. La patronal sostiene que el crecimiento más moderado de la inflación subyacente es una muestra de que las empresas están asumiendo «importantes costes de producción que apenas se están trasladando a los precios finales». Además, ha recalcado que el alza del IPC implica «una reducción significativa» de los márgenes empresariales en un momento tan «delicado».

Con estos datos, Funcas prevé una tasa de inflación cercana al 5% hasta final de año, «si el petróleo y la electricidad se estabilizan». Sus cálculos estiman que con el petróleo en torno a 82 dólares y el precio de la electricidad estable hasta la primavera y moderados descensos en el segundo trimestre, la tasa de inflación de diciembre de este año será del 5,1% y en 2022 bajará hasta el 0,9% en diciembre. Con el dato de noviembre el Gobierno deberá actualizar las pensiones de cara al próximo ejercicio.