La reforma de las pensiones, una vez más, vuelve a hacerse de rogar y la negociación que mantiene el Gobierno con los agentes sociales desde hace ya cuatro meses para llegar a un acuerdo y aprobar de forma inminente al menos una primera fase de ... las medidas recomendadas por el Pacto de Toledo está en la actualidad «atascada», según explicaron a este periódico fuentes cercanas a la negociación.
Publicidad
La reunión que mantuvo el pasado lunes el secretario de Estado de la Seguridad Social, Israel Arroyo, con representantes de la patronal y los sindicatos volvió a constatar el «bloqueo» en el que se ha instalado la mesa, en la que no se produjo «ningún avance», según dichas fuentes. Desde el ministerio, no obstante, lo niegan y destacan el «buen clima de entendimiento», que espera «dé frutos en las próximas semanas».
Las razones de esta parálisis son básicamente dos: en primer lugar, la negativa del Gobierno a ampliar el temario de la negociación para permitir que se encuentren en ese marco más amplio las contrapartidas y compensaciones que requieren las cuestiones que el propio ministerio planteó al inicio del proceso; y, en segundo lugar, la «cerrazón» por parte del departamento dirigido por José Luis Escrivá a la hora de negociar las propuestas y planteamientos que hace en la mesa de negociación. «A pesar de que insiste en lo contrario, en su flexibilidad, lo cierto es que los mínimos movimientos realizados muestran que mantienen posturas inflexibles en todos los puntos», deslizan a este medio.
Los agentes sociales acusan a los negociadores gubernamentales de tener «pocas tablas» en el diálogo social y «poco aprecio» por la negociación, y advierten al Ejecutivo de que «si no hay un cambio en las posiciones, no se podrá alcanzar un acuerdo en el corto plazo».
Inclusión estableció en la mesa un calendario de temas para abordar en esta primera fase, entre los que se incluyen la nueva fórmula de revalorización de las pensiones, medidas para retrasar la edad efectiva de jubilación -como penalizar más el retiro anticipado voluntario, prohibir la jubilación forzosa en los convenios y limitar la jubilación parcial-, así como un nuevo diseño para incentivar la jubilación demorada y la senda para que el Estado asuma todos los gastos impropios del sistema.
Publicidad
Los agentes sociales se lamentan de que Escrivá «sigue empecinado» en mantener este guión impuesto, sin dar ningún margen para ampliarlo ni modificarlo. Así, denuncian que introdujo de forma «unilateral temas innecesarios en este momento inicial», lo que ha impedido alcanzar un acuerdo rápido. Desde UGT y CC OO exigen que se derogue completamente y de forma estricta la reforma del PP, para poner fin a dos elementos controvertidos como el índice de revalorización y el factor de sostenibilidad, que el ministro se niega a eliminar en esta fase de negociación. Además, urgen a culminar el proceso para terminar con el déficit de la Seguridad Social. En este sentido, los sindicatos inciden en que se trata de dos cuestiones que no plantean ningún problema, lo que habría dado lugar a un acuerdo rápido hace ya tres meses.
Sin embargo, los interlocutores sociales denuncian que Escrivá mantiene «contra viento y marea cuestiones distorsionantes», como son los descuentos en la revalorización anual de las pensiones cuando la inflación sea negativa, que pretende introducir con la nueva fórmula en la que propone absorber las ganancias de poder adquisitivo en tres años; y medidas para elevar la edad efectiva de jubilación u otras como la ampliación del periodo de cálculo de las pensiones.
Publicidad
«Todo esto ha conducido a una situación en la que el proceso ha perdido su perspectiva y ha entrado en bloqueo», aseguran los agentes sociales, que acusan al Ministerio de amenazar con cerrar el proceso con una fecha fija, incluso sin acuerdo, y chantajearles con que estas reformas son necesarias para que Bruselas libere los fondos europeos para la reconstrucción.
Una de las formas para retrasar la edad de retiro que se introdujo en la reforma de 2013 es la jubilación activa, que es la que permite compatibilizar la pensión con un empleo. Sin embargo, Fedea publicó ayer un estudio en el que concluye que no es probable que alcance un grado de extensión muy importante en su forma actual. Por ello, plantean algunas medidas para fomentarla, aunque esto -advierten- supondrá un mayor coste. Entre sus propuestas está dar incentivos a las empresas, extender esta opción a las edades de prejubilación o permitir a los trabajadores con sueldos bajos cobrar más del 50% de la pensión.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.