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Otra de las modificaciones que el Gobierno pondrá en marcha con el nuevo año, en línea con lo acordado por el Pacto de Toledo, tiene que ver con los planes de ahorro para la jubilación, que quiere impulsar, ya que en España son más ... bien escasos.
La extensión de la Previsión Social complementaria en el ámbito de la empresa es una asignatura pendiente en gran parte del territorio nacional, ya que el mecanismo más habitual es el de los planes individuales, que resultan «muy regresivos» y que benefician principalmente a las rentas altas, según argumenta el ministro Escrivá.
Por esto, en los Presupuestos del año que viene ya hay un cambio en la fiscalidad que premia los planes de empleo de las empresas y resta apoyo a los individuales, de tal forma que la desgravación para los primeros pasará de 8.000 a 10.000 euros al año, mientras que en los individuales se reduce de 8.000 a 2.000 euros.
Además, el Ministerio de Seguridad Social tiene el ambicioso proyecto de crear el próximo año un fondo público de pensiones de empleo que pretende contribuir a que más de la mitad de los trabajadores españoles cuenten con uno, algo que ya sucede en algunos países del entorno como Francia, Alemania o Bélgica, mientras que en España ni siquiera llegan a los dos millones, lo que supone apenas uno de cada seis ocupados.
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