La UE y EE UU pactan el fin a la guerra del acero y del aluminio

Tanto la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, como el líder estadounidense, Joe Biden, celebraron este acuerdo, que supone «un gran paso adelante en las relaciones bilaterales» y contribuye al deshielo entre ambos bloques comenzado desde que el líder demócrata llegó a la Casa Blanca, el pasado mes de enero. Fue su antecesor en la presidencia estadounidense, Donald Trump, quien abrió el contencioso en 2018 al introducir una tarifa especial del 25% al acero y del 10% al aluminio que se venden en su país tras ser fabricados en el Viejo Continente.

El líder republicano justificó su decisión por unos supuestos «intereses de seguridad nacional», aunque la decisión fue vista en Bruselas como un intento de proteger la industria pesada estadounidense frente a la competencia europea. La Unión Europea respondió a aquella medida gravando la importación de diversos productos estadounidenses, como los pantalones vaqueros, el whisky, las motocicletas y la crema de cacahuete.

Estas tasas quedan ahora suspendidas, según celebró el Gobierno de Washington en una nota, y ambas partes se comprometen además a dar carpetazo a las causas pendientes sobre esta cuestión que habían elevado hasta la Organización Mundial de Comercio (OMC). El paso adelante que supone esta tregua comercial fue celebrado por el anfitrión de la cumbre del G20, el primer ministro italiano Mario Draghi.

El acuerdo «confirma el refuerzo ulterior de las relaciones transatlánticas y la superación progresiva del proteccionismo de los años pasados», dijo el jefe del Gobierno de Roma, que manifestó además su deseo de que pueda continuar avanzándose en esta dirección para «favorecer el crecimiento de las economías» de EE UU y la UE al tiempo que aumentan los intercambios comerciales entre ambos bloques.