La número dos de Calviño abandona el cargo por el «desgaste» tras el último año de crisis

La renuncia de Ana de la Cueva ha respondido a un periodo caracterizado por el complejo trabajo desarrollado por su departamento. Ella misma ha sido la encargada de cuadrar los grandes ejes del programa de recuperación junto a su socio de Gobierno, Unidas Podemos. «No ha sido fácil», apuntan en el entorno cercano a De la Cueva. «Ha supuesto un duro desgaste», aclaran esas mismas fuentes gubernamentales para justificar la salida, inesperada, de la Secretaría de Estado de Economía.

El perfil de Ana de la Cueva no era precisamente el más adaptado al socio del Ejecutivo. Bregada en el Ministerio de Economía desde hace años, donde ejerce como técnico comercial economista del Estado, siempre ha mostrado un perfil ortodoxo. En una entrevista concedida a este diario, pocas semanas antes de las elecciones de abril de 2019, abogaba por «medidas razonables» para asegurar el crecimiento y evitar que se desbocara el déficit.

Un año después de aquel encuentro, Ana de la Cueva se enfrentó a la crisis sanitaria más grave que ha vivido el mundo en los últimos años. En ella delegó Nadia Calviño todos los trabajos para poner en marcha el denominado entonces como «escudo social», la configuración de las medidas económicas (avales del ICO, moratorias, ERTE). Y ella fue la que tuvo que negociar con Unidas Podemos todas esas iniciativas que ahora se encuentran en marcha pero cuyo mecanismo de aprobación no parecía tan fácil en aquel momento.

El epicentro de todas esas decisiones se encontraba en la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, un órgano por el que pasaban todas las medidas del Ejecutivo antes de ser trasladadas a la mesa del Consejo de Ministros cada martes. Fuentes cercanas admiten que ha llevado tras de sí un trabajo «durísimo» durante estos últimos meses y excusan la salida de una experta que ya estuvo dentro de la maquinaria económica del anterior Gobierno socialista, el de José Luis Rodríguez Zapatero.

Ahora, Ana de la Cueva ha sido relevada por Gonzalo García Andrés. El nuevo secretario de Estado de Economía también es Técnico Comercial y Economista del Estado, como su predecesora. Hasta ahora, ejercía como socio director de Economía en Analistas Financieros Internacionales (AFI). Implica un perfil más político. Así, podría agilizar las negociaciones de todas las reformas que aún están por venir (laboral, pensiones y tributaria, por este orden) en un momento convulso para la coalición de Gobierno tras las elecciones autonómicas de Madrid.

Gonzalo García Andrés ha desarrollado gran parte de su carrera profesional en el Ministerio de Economía. Su incorporación a la vicepresidencia tampoco resulta baladí para afrontar un momento en el que el Gobierno tiene que ejecutar los planes comprometidos ante Bruselas y diseñados por, entre otros, la ya ausente Ana de la Cueva.

Por otra parte, el Gobierno aprobó este martes el Código de Buenas Prácticas que regirá el marco de actuación para la reestructuración de la deuda financiera de las empresas que recibieron financiación avalada por el ICO: se alargan los plazos de amortización, de ocho a diez años; y se aplica un periodo de carencia de dos años más.