El Ibex-35 pierde los 7.000 puntos por la desunión europea y pese al apoyo de Wall Street

El de ayer fue el segundo intento del selectivo por recuperar los 7.000 puntos tras las fuertes caídas provocadas por el Covid-19. La otra vez en que el indicador atacó el nivel de los 7.000 puntos tras marcar mínimos plurianuales en los 6.100 puntos, el pasado 26 de marzo, también terminó replegándose y cediendo ese terreno conquistado.

Por tanto, hubo una cierta sensación de déjà vu en la jornada: segundo repliegue desde los 7.000 puntos con poquísimas sesiones de diferencia. A finales de marzo la caída desde esa zona obedeció al miedo que suscitó la extensión de la pandemia por EE UU. Pero también al primer fracaso del Consejo Europeo, en que se puso de manifiesto el choque entre, simplificando, el sur y el norte de Europa a propósito de cómo abordar la crisis económica provocada por el coronavirus.

En la jornada de este miércoles, el recorte, o la recogida de beneficios, viene propiciado por el nuevo fracaso de la reunión del Eurogrupo, que continúa sin llegar a un acuerdo para abordar en conjunto la crisis económica provocada por el coronavirus, incluso después de 16 horas de negociaciones, que se prolongaron durante la tarde de ayer, toda la noche y hasta las ocho de esta mañana. Los ministros de Finanzas comunitarios se han dado cita de nuevo para este jueves con el objetivo de tratar de desbloquear préstamos por valor de medio billón de euros.

El choque fundamental se observó entre Italia y Países Bajos: el primer país se opone a acudir al fondo de rescate comunitario, cuyo acceso está condicionado a cumplir con reformas estructurales, y el segundo se muestra frontalmente en contra de la puesta en marcha de los coronabonos.

Con ello, las Bolsas europeas pusieron fin a una secuencia positiva, pero corta, favorecida por la reducción del número de contagios en los países más afectados, por la paulatina normalización de Wuhan, la ciudad china donde saltó el virus, y por las mejores perspectivas que tiene la pandemia en Estados Unidos, pese a que la última jornada ha sido dramática en el país en términos de mortalidad.

De esta manera, si bien casi todas las Bolsas europeas cerrron a la baja, hubo alguna se se salvó de las pérdidas. Fue el caso del Cac 40 francés, que se anotó un 0,10%, y del PSI-20 de Lisboa, que se apuntó un 0,05%. Pero el Dax alemán cedió un 0,23% y el Ftse Mib de Milán retrocedió un 0,18%. El peor indicador de Europa fue el Ftse 100 británico, que se dejó un 1,44%.

No pudo evitarlo que, al otro lado del Atlántico, la Bolsa de Nueva York se moviera en positivo. Al cierre de la sesión europea, el Dow Jones y el S&P 500 registraban ganancias de alrededor de un 2%, mientras que el Nasdaq se apuntaba un 1,8%. La Bolsa que dirige a todas las del mundo no pudo enviar la suficiente fuerza a las del Viejo Continente para que cerraran en verde. Ni al Ibex-35 para que mantuviera sus 7.000 puntos. Bien es verdad que la solidez de la renta variable americana pudo contribuir a que los descensos en Europa fueran más mesurados, ya que el selectivo español, por ejemplo, llegó a estar por debajo de los 6.800 puntos durante gran parte de la jornada.

Sólo doce valores del selectivo español cerraron con ganancias. IAG fue el más rentable, con una subida del 3,57%. Y también Indra se anotó más de un 3%. Les siguieron un puñado de valores con ganancias superiores al punto porcentual, como CaixaBank, Acciona, BBVA y Cie Automotive.

En negativo, Red Eléctrica fue el valor que más cayó, con un descenso del 2,84%, seguido de Acerinox y de Merlin Properties, que se dejaron más de dos puntos porcentuales. Los descensos de Mapfre y Viscofán se acercaron a los dos puntos porcentuales.

El fracaso europeo no tuvo sólo damnificados en la renta variable. También sufrió la deuda. La prima de riesgo de Italia llegó a superar los 200 puntos básicos, aunque al cierre de la sesión se colocaba en los 196, apenas cinco por encima del cierre anterior. La prima de riesgo de España apenas registró cambios y al cierre se situaba en los 114 puntos básicos.

En el mercado de materias primas, el petróleo subió con fuerza en vísperas de la reunión de la OPEP con sus socios. Especialmente el West Texas, de referencia en EE UU, que al término de la sesión se disparaba un 5%, hasta los 24,84 dólares. El barril de Brent, de referencia en Europa, se anotaba un 0,88%, hasta los 32,15 dólares.