Sesión de nervios en las Bolsas mundiales tras la decisión de la agencia Fitch de rebajar en un escalón la nota de la deuda estadounidense a largo plazo, arrebatando la 'Triple A' (la máxima calificación) a la primera potencia mundial.
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«La rebaja refleja el ... deterioro fiscal esperado en los próximos tres años, la carga de la elevada y creciente deuda gubernamental y la erosión de la gobernanza en las últimas dos décadas, que se ha manifestado de forma repetida en las disputas por los límites de deuda y las resoluciones de última hora», explica Juan José Fernández-Figares, analista de Link Securities.
En su informe, Fitch contempla además unas condiciones de crédito más rígidas de cara a los próximos meses, lo que aceleraría el debilitamiento de la inversión empresarial y una ralentización del consumo que podrían empujar al país a una «moderada recesión» en el cuarto trimestre de este año o en el primero del siguiente.
Tras el ajuste, la calificación de EE UU se sitúa en AA+. «Es una sorpresa negativa, pero de impacto limitado en mercado», confían los analistas de Bankinter. Una idea que también ha querido trasladar la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, quien criticó con durza una decisión que considera «arbitraria» y tomada sobre la base de «datos obsoletos».
Hay que tener en cuenta que, aunque perdieron gran parte de su prestigio durante la anterior crisis financiera, las calificaciones de las agencias de rating siguen siendo básicas para medir la probabilidad de impago de un país o de una empresa. Esas 'notas' sirven, de hecho, como referencia en las decisiones de muchos inversores. E incluso muchos fondos y otros institucionales tienen limitado por folleto apostar por estados o compañías si su calificación es baja.
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En este contexto, y aunque EE UU aún mantiene una de las mejores calificaciones en una comparativa global, los inversores aprovecharon para recoger beneficios, provocando fuertes pérdidas en Wall Street y en Europa.
El Ibex-35 –que ya cae más de un 3% en agosto– se dejó ayer un 1,8% hasta los 9.300 puntos, presionado sobre todo por el desplome de Unicaja y de Telefónica.
La entidad financiera se dejó un 5,8% después de que el fondo Oceanwood anunciara la venta del 7,06% del capital social de la entidad por 187,5 millones de euros. Como consecuencia, el miembro del consejo de administración de la sociedad nombrado por Oceanwoord, David Vaamonde Juanatey, ha presentado su dimisión como consejero dominical.
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Por su parte, Telefónica se despeñó un 7% después de que Vodafone y 1&1 –uno de los principales clientes de la operadora– anunciasen un acuerdo en Alemania que perjudica, y mucho, a la filial germana de la compañía.
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