Con prácticamente la mitad de cada litro repuesto de combustible destinado a pagar varios impuestos, el Gobierno está estudiando como aplicar una rebaja de tributos para amortiguar el roto que los máximos de gasolinas y diésel están provocando en el bolsillo de particulares y empresas. ... El margen que tiene Hacienda es amplio. Su decisión se dará a conocer en el Consejo de Ministros del 29 de marzo. Y aunque son varias las limitaciones regulatorias en vigor, una medida de calado podría abaratar hasta un 15% los precios actuales de los combustibles: 1,68 euros por litro en gasolina y 1,58 euros en gasóleo.
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Dos son los grandes impuestos que gravan al combustible en España: el Impuesto Especial de Hidrocarburos y el IVA. En el primer caso, se trata de una figura fiscal de carácter fijo, que grava en unos 0,47 euros por cada litro consumido de gasolina y en unos 0,38 euros en el caso del diésel. Estos gravámenes solo se encuentran regulados por la Unión Europea al establecer unos mínimos, aunque cada Estado tiene flexibilidad para reducir o aumentar esas cuantías.
En concreto, en la gasolina, el tipo mínimo establecido por Bruselas es de unos 0,36 euros por litro. Esto es, unos 0,11 euros frente al gravamen que se aplica actualmente en España. Por otro lado, en el caso del diésel la actuación tiene menos margen de movimiento, al tener un suelo de 0,33 euros por litro, unos cinco céntimos menos que el que se paga actualmente.
Hacienda cuenta con esas posibilidades para reducir Hidrocarburos, aunque las voces que abogan por «suprimirlo» no serían viables desde un punto de vista legal, debido a esos mínimos establecidos por la UE.
La otra vía impositiva para quitar impuestos de los combustibles es el IVA. Actualmente se encuentran gravados al 21%, esto es, el tipo general. Aplicar un IVA reducido (el del 10%), como ha hecho el Ejecutivo en la factura de la luz, implicaría una rebaja de unos 0,15 euros por litro, de media, en el caso de la gasolina y del diésel, teniendo en cuenta los últimos precios publicados por el Boletín de Productos Petrolíferos de la UE, así como la estructura de precios actualizada.
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La rebaja del IVA -esos 15 céntimos de euro- más la de Hidrocarburos -otros 11 céntimos en el mejor de los casos- implicaría ese descenso total de unos 26 céntimos por litro. En términos porcentuales, revela una reducción de hasta el 15% frente a los precios actuales.
Aunque en el caso de los Hidrocarburos la flexibilidad de Hacienda es total, salvando los mínimos comunitarios, en el caso del IVA el Gobierno alega habitualmente la estrecha vigilancia que establece la UE con respecto a los cambios en este impuesto. Aunque en realidad otros países, como Polonia, ya han aplicado importantes rebajas sin ningún tipo de reprimendas.
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A la espera de lo que decida el Ejecutivo, los mercados siguen moviéndose a su antojo. La cotización del petróleo descendió este martes con fuerza. Lo hizo un 4% hasta situarse en el entorno de los 100 dólares por barril de Brent. Hace apenas una semana, superaba los 130 dólares.
La brecha entre la evolución del crudo y la de los combustibles es cada día mayor. Tanto cuando han registrado grandes subidas, como cuando tratan de reflejar las caídas del Brent de los últimos días. Por ahora, los combustibles se mantienen en máximos históricos, ajenos al crudo.
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Hay varios factores que explican esta discrepancia. Influye la cotización de los combustibles, distinta al crudo. Se ha encarecido el coste de la cadena de distribución (un 15% del total). Además, sube el margen de refino, que llegó a estar en mínimos en pandemia. Y, para rematar, las compañías han ido incorporando a los costes las diferentes decisiones de los últimos gobiernos en materia energética, como tributos o fondos.
Bruselas dio este martes luz verde a los Estados para que pongan en marcha ayudas que reduzcan el impacto de la guerra en Ucrania. «Vamos a autorizar las ayudas estatales a hogares y a las empresas que más se han visto afectadas por el alza de la electricidad», apuntó el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, tras la reunión de los ministros de Economía de la UE. Se pondrán en marcha a través de préstamos del Estado y de créditos a intereses bajos a compañías que consumen grandes cantidades de energía.
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