La subida del IVA en Japón hunde la economía un 6,3%

El país decidió aumentar este impuesto sobre el consumo el pasado mes de octubre en dos puntos, hasta el 10% (aun muy por debajo de la media de la OCDE, del 19%), con el objetivo de costear el sistema público de salud y las pensiones y reducir así progresivamente su deuda pública, que ya supera el 238% del PIB. El Gobierno calculó unos ingresos adicionales para las arcas públicas de más de 48.000 millones de euros al año. Pero ahora la contracción del PIB es mayor de lo esperado por los analistas y llega después de cuatro trimestres consecutivos de crecimiento.

Pero parece que no contaron con los efectos adversos, y eso que la última vez que decidieron subirlo del 5% al 8%, en 2014, y del 3% al 5% en 1997, ocurrió algo similar. El términos mensuales, el PIB de Japón creció un 0,6% en el primer trimestre, un 0,5% en el segundo y un 0,1% en el tercero, pero se contrajo al -1,6% en el cuarto, después de adoptar esta medida.

Lo que ha hecho caer el PIB ha sido la fuerte caída del gasto de los hogares (-11,3% en tasa interanual y -3% intertrimestral) debido a la subida de los precios de los productos de consumo por un IVA superior ya que el consumo doméstico representa en torno al 60% de la economía de Japón. También sufrieron las exportaciones, otro de los componentes de la racha expansiva del país, que disminuyeron un 0,1% respecto al tercer trimestre y un 0,4% en tasa interanual. Philippe Waechter, director de investigación económica de Ostrum AM, señala que el «menor poder adquisitivo» impulsó los gastos el mes anterior al aumento del impuesto (septiembre), para luego producirse una «caída profunda». El experto advierte que con una demanda interna tan débil y una fuerte incertidumbre sobre el comercio mundial, «no se espera recuperación a corto plazo de la economía nipona» e, incluso, el PIB pueda ser negativo en 2020.

En cambio, la inversión pública creció un 4,6% entre octubre y diciembre respecto a un año antes y un 1,1% en comparación con el tercer trimestre, debido a los estímulos aplicados por el Ejecutivo de Shinzo Abe para mitigar el impacto negativo del impuesto del IVA.

Su objetivo era «garantizar la Seguridad Social para todas las generaciones», según explicó el presidente en octubre, cuando se comprometió además a aumentar la prestación para los pensionistas de bajo ingresos y a construir más guarderías públicas para incentivar la natalidad.

A España se la compara en muchas ocasiones con Japón por el envejecimiento de su población. Nuestro país tiene un IVA superior después de las sucesivas subidas. El Gobierno de Zapatero subió este impuesto del 16% al 18% en 2010 por la crisis y dos años más tarde fue Rajoy quien lo aumentó hasta el 21% actual. El nuestro es, junto con Japón, el país donde el reto demográfico es más grave porque la esperanza de vida es muy alta (83,4 años), mientras que la tasa de natalidad cae año tras año (actualmente se sitúa en 1,2 hijos por mujer).

Habrá que tomar medidas «urgentemente» para costear el sistema de pensiones, reclaman desde el Consejo General de Economistas. Sin embargo, subir el IVA les parece una medida que afectaría mucho al consumo y eso repercutiría en la economía en general, como ha ocurrido en Japón. Antonio Pedraza, presidente del organismo, aseguró al ser preguntado por este periódico, que en un momento como el actual de desaceleración económica, una medida así «solo empeoraría la situación».