El impacto económico del virus: la actividad industrial cae a mínimos de 2012

Así, el indicador PMI elaborado por IHS Markit publicado este miércoles, se situó en 45,7 puntos frente a los 50,4 puntos de febrero. Un resultado inferior a 50 implica una contracción de la actividad. La situación no estaba en su mejor momento antes de la crisis motivada por el coronavirus ya que el año acabó con una puntuación de 47,4 puntos y llevaba ocho meses consecutivos cayendo porque la demanda exterior de los mercados europeos disminuyó en 2019 por la incidencia de la guerra comercial.

De hecho, con la pandemia la situación ha ido a más porque muchos países vecinos se enfrentan a la misma situación que España, por lo que las ventas para la exportación del sector español cayeron bruscamente y al mayor ritmo desde abril de 2009, indica el informe.

El cese de actividad afectó intensamente a la producción y a los nuevos pedidos en marzo. Por un lado, la producción cayó el mes pasado al ritmo más fuerte desde junio de 2012, mientras que los nuevos pedidos disminuyeron al nivel más intenso de los últimos siete años.

Ante tales condiciones y la mayor presión competitiva, los fabricantes han repercutido la bajada de costes a sus clientes, lo que ha provocado la mayor caída de los precios en ocho meses.

El informe indica que, debido a esta situación, las plantillas se redujeron «a la tasa más fuerte desde noviembre de 2013». Por todo ello la confianza sobre el futuro cayó a su nivel más bajo jamás registrado en el PMI: «Los fabricantes no solo se enfrentaron a una rápida disminución de las ventas de todo el mundo, sino que también tuvieron problemas para obtener insumos, ya que el plazo medio de entrega se deterioró hasta su máxima de más de 22 años de recopilación de datos. Este resultado resalta el carácter singular de la recesión, y tanto la oferta como la demanda están claramente sufriendo», declaró Paul Smith, economista de IHS Markit.

Y la situación podría ir a peor. Según el informe, «las compras y el empleo se reducen a medida que la confianza se desploma», por tanto la velocidad con la que la pandemia pueda ser controlada condicionará «la magnitud y la duración de la recesión».