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Restaurante vacío con vistas a la playa EFE
Hoteles y restaurantes pierden 13.000 millones por una Semana Santa confinados

Hoteles y restaurantes pierden 13.000 millones por una Semana Santa confinados

Una vez se abran negocios y vuelos, el sector se enfrentará a una «crisis de confianza» por el miedo al contagio

Domingo, 12 de abril 2020, 00:33

Si hay un sector que ha tenido que paralizar completamente su actividad estos días de confinamiento es el turístico. Supone el 14% del PIB total del país, sus más de 16.000 establecimientos están cerrados y la mayor parte de los 600.000 empleos ... directos en un ERTE. Con la única excepción de poco más de 350 establecimientos retén que están abiertos en España para dar servicio a personal sanitario, aeroportuario o de la alimentación.

Cualquier otro año, la Semana Santa daba el pistoletazo de salida a la temporada alta en el turismo. Tras ella llega el puente de mayo y poco después comienzan los meses de verano. Pero la crisis del coronavirus ha puesto patas arriba todas las previsiones de crecimiento del sector. Los datos de la patronal Exceltur no dejan lugar a dudas: el PIB turístico descenderá en 54.700 millones de euros, el 34,2% del total. Y eso si la actividad se empieza a recuperar en el mes de julio, porque si la crisis continúa hasta final de año, las pérdidas llegarían a los 100.000 millones.

En términos macroeconómicos, los gabinetes calculan que España entrará en recesión este año, con una caída del PIB que rondará el -5,5%. Pues bien, el turismo explicaría cerca del 47% del desplome, según Exceltur.

El año pasado solo en los meses de marzo y abril, coincidiendo con las vacaciones de Semana Santa, España recibió 12,8 millones de turistas, lo que supuso un ingreso de 13.100 millones de euros, un 6,4% más que en 2018, según cifras del INE. Pero estos datos de récord han llegado a su fin. El «gran problema» para el turismo es que no solo se pierde la Semana Santa, sino «toda la facturación de la temporada media que empezaba ya y, seguramente, parte de la alta», explica a este periódico Ramón Estalella, secretario general de Cehat, la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos.

Estalella considera que la recuperación no será igual para todos los establecimientos y regiones, sino que irá a «diferentes velocidades». Los destinos que dependan más de turoperadores y aviones «tardarán mucho más en atraer al turista» que los de proximidad. «Creo que habrá una crisis de movilidad más que de confianza, se ha desmontado la movilidad del mundo entero» y será difícil que vuelva a estar plenamente en marcha, lamenta.

Desde Exceltur consideran que tras el levantamiento del estado de alarma, pasarán unas tres o cuatro semanas hasta que se recuperen los viajes, con una vuelta a la normalidad «lenta y paulatina». También opinan que la demanda se recuperará a dos velocidades: una más rápida de viajes de proximidad y en vehículos particulares, y otra más lenta en los desplazamientos que requieran transporte en tren o avión, tanto de demanda nacional (las islas) como internacional.

José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur, diferencia entre el sector turístico y el resto de la economía, donde «lo que no se venda hoy podrá venderse mañana». En cambio, en el turismo «los hoteles que no se ocuparon ayer, los parques temáticos que no abrieron o los aviones que no se cogieron, no se vuelven a recuperar». Por ello, solicita al Gobierno un «plan muy potente y ambicioso» para el sector ya que su actividad tampoco se recuperará cuando se levante el estado de alarma, sino que le seguirá una crisis de confianza por el miedo a viajar.

Zonas más afectadas

Por todo ello, las comunidades donde el peso del turismo sea mayor, sufrirán más. Si no hay actividad turística hasta julio, los datos de Exceltur apuntan a que la comunidad que más notará el impacto este año será Cataluña, con la pérdida de 10.881 millones de euros, lo que supone un 34% menos que el año pasado. Le sigue Andalucía, con 8.960 millones de menos (-32,5%). La Comunidad Valenciana, Madrid, Baleares y Canarias serán las siguientes.

El archipiélago canario puede ser el gran perjudicado. El turismo es el motor de su economía (35% del PIB), recibe cada año a unos 15 millones de turistas, que dejan 16.500 millones de facturación anual. Desde Cehat destacan que en un escenario de 'turismo cero' la economía se resentirá mucho más en el archipiélago, donde el cierre de hoteles por decreto ha supuesto ya el ERTE de unos 70.000 empleos directos.

Pero el secretario general de la confederación también pone el foco en la Costa del Sol, con una capacidad de 400.000 personas. «Las islas tienen el problema añadido del acceso, pero la dimensión va mucho más allá, hemos montado un país para que puedan dormir unos 3 millones de personas fuera de su casa al día, eso es mucha oferta que llenar», recuerda Estalella.

Por su parte, la secretaria de Estado de Turismo, Isabel Oliver, reconoce a este periódico que Baleares y Canarias, al depender en gran parte del turismo, serán las más afectadas por la paralización del sector. A su juicio, «la recuperación de la nueva normalidad no se producirá de golpe, sino que será escalonada». Además, no descartan que después de esta crisis haya viajeros que se muestren «cautelosos» y tengan en cuenta aspectos de salud, transporte o masificaciones.

Pero el turismo abarca mucho más que hoteles. Las terrazas de bares y restaurantes estarían llenas en días de Semana Santa, pero este año ni siquiera están montadas. El sector hostelero estima que la caída de la facturación anual de sus negocios se hundirá un 30% o 40% como consecuencia de la crisis del coronavirus. La encuesta realizada por la patronal Hostelería de España revela que el 86% de los empresarios calculan unas peores ventas en el primer trimestre del año –a pesar de que el estado de alarma se decretó el 14 de marzo, al final del periodo–, que en el último de 2019.

¿Cuándo se podrá recuperar la situación? Zoreda explica que, desde el mayor pesimismo, muchas empresas dan ya el año por perdido. En su opinión, si el estado de alarma se prorroga más allá del 26 de abril, el verano estará perdido porque hay que tener en cuenta que una vez que se levante el confinamiento el sector tardará «tres o cuatro semanas más» en afianzar la seguridad psicológica y la logística de los viajes al tener todos los aviones en tierra.

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