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La guerra en Ucrania está afectando de lleno a la economía y puede provocar una «ralentización» de la recuperación de España. Así lo admitió este lunes en una entrevista en televisión la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y para la Transformación Digital, Nadia ... Calviño, quien apuntó que esto se reflejará en el nuevo cuadro macroeconómico que el Gobierno presentará el próximo mes de abril.
«La guerra cambia totalmente el escenario económico», reconoció Calviño, que advirtió que está claro que los precios de la energía están trasladándose automáticamente al nivel general de precios, por lo que «tenemos que prepararnos para una inflación más persistente que la que habíamos pensado».
Y en esta línea se manifestó también el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, quien durante una intervención en la radio explicó que la guerra, en la medida en que impacta sobre los precios del petróleo y el gas, puede hacer más persistente la perturbación que había antes».
Sin embargo, desde el Gobierno resaltaron que a España esta guerra le va a afectar menos que al resto de países puesto que tiene una menor dependencia con las transacciones con los países en conflicto y su exposición a Rusia es «muy insignificante», tal y como apuntó Escrivá. «España no depende del gas ruso y además depende menos de la economía rusa y ucraniana», señaló a su vez la vicepresidenta.
Pese a todo, Calviño no quitó hierro al asunto y dejó claro que «estamos en un momento muy difícil y vienen tiempos difíciles», por lo que hay que mentalizarse de que un alza de los precios de la energía tendrá un impacto directo sobre el IPC. En este sentido, recalcó que la subida de la inflación «va a ser temporal, pero la cuestión es ver cuánto dura».
Por ello, aseguró que el Gobierno está tratando de «amortiguar» este impacto sobre las familias y las empresas, abordando con los agentes sociales cómo se puede hacer frente a esta situación e impulsar un pacto de rentas para evitar una espiral inflacionista «que pueda tener unas consecuencias más negativas sobre la economía española».
Y es que el alza del petróleo impacta directamente en economías como la española, mucho más dependientes de estos combustibles fósiles que otros países. Aunque los Presupuestos del Estado estimaban unas cuentas públicas basadas en un precio del crudo en el entorno de los 60 dólares por barril, con un petróleo duplicando esas referencias, el drenaje para el crecimiento económico español puede situarse en el entorno de los 15.000 millones de euros.
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