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El Gobierno asume que tendrá que apurar al máximo los plazos para cerrar la negociación de la reforma laboral. El Ministerio de Trabajo comandado por Yolanda Díaz se había comprometido a tener un acuerdo con patronal y sindicatos antes de terminar noviembre. Es decir, la ... próxima semana, con el objetivo de adaptar el texto normativo antes de que finalice el año. «Eso sería lo ideal», indicó ayer la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, dejando sobre la mesa que, pese al acelerón de las negociaciones, será complicado retomar el favor de los empresarios en apenas cinco días, con un fin de semana de por medio.
Calviño ha comparecido junto al comisario europeo de Empleo, Nicolas Schmit, en una rueda de prensa en la que también ha querido relajar el duro discurso que en los últimos días ha mantenido para presionar a la patronal.
El pasado miércoles, de hecho, advertía de que el apoyo de la CEOE a la reforma laboral no es un requisito imprescindible para la llegada de los fondos europeos a España, cuyo compromiso con Bruselas es tener listo el texto antes de que acabe este 2021. Ahora rebaja el tono. «El acuerdo trilateral con los representantes de los trabajadores y de los empresarios es muy importante, porque esto es lo que garantiza que la reforma laboral se pueda ejecutar en la práctica y que perdure en el tiempo en un entorno de gran consenso social», ha asegurado en su intervención.
El tiempo corre y desde el Ministerio intentan acercar posturas para incluir a los empresarios en un texto que, aunque no requiera de su visto bueno, es clave para demostrar unidad y cero conflictividad ante Bruselas. «En el Gobierno estamos determinados a conseguir ese acuerdo tripartito de aquí a final de año», ha insistido la vicepresidenta.
El comisario europeo ha evitado pronunciarse sobre las propuestas que hay sobre la mesa de diálogo social, indicando que se trata de un asunto «entre el Gobierno y los interlocutores».
Sin embargo, sí recuerda que una de las cosas que más preocupan en la Comisión –y por la que ya han llamado la atención a España en varias ocasiones– es el «altísimo nivel de temporalidad» que presenta el mercado laboral y que ronda ya el 25%. Precisamente, las medidas para atajar esta lacra han estado en el centro de las discusiones ante la primera intención del Ejecutivo de establecer un tope generalizado que llegó a cifrarse, en un principio, en un máximo del 15%para todas las empresas.
En este punto, el comisario europeo se ha posicionado del lado de los empresarios, al asegurar que el Gobierno debe encontrar una solución equilibrada a la «enorme proporción» de contratos temporales, «quizá diferenciando en función del sector o del tipo de empresa».
Pese a ello, Schmit se ha mostrado optimista con los objetivos y plazos previstos por el Gobierno para cumplir los hitos que dan acceso a los fondos europeos. Tras reunirse también con Yolanda Díaz y con el titular de Seguridad Social, José Luis Escrivá, el comisario ha destacado los progresos de España en los últimos meses, indicando que el país «está muy cerca» de cerrar las reformas de trabajo y de pensiones. Respecto a esta última ha destacado el tiempo récord en el que el Gobierno está sacando adelante sus propuestas. Algo «bastante ejemplar para Europa», aseguró.
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