Los fabricantes acogen con cautela el PERTE del coche eléctrico

Según explicó el propio presidente del Ejecutivo el lunes, la inversión de unos 4.900 millones de euros del PERTE generará una inversión privada hasta 2023 de 19.714 millones de euros. «¿Es un cálculo certero? Desde el punto de vista de la movilización no puedo responder, porque no sé hasta qué punto la inversión pública va a movilizar la privada. El efecto palanca dependerá mucho de que el componente de subvenciones sea mayor o menor, y Bruselas aún tiene que aclarar eso».

Así se manifestaba este martes José López-Tafall, director general de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), insistiendo en que «no tenemos los detalles de cómo ha hecho el cálculo el Gobierno, aunque nos tenemos que fiar de que sean correctos».

A su juicio, el PERTE del coche eléctrico es palanca necesaria para atraer inversión e impulsar el proceso de descarbonización, permitiendo al sector ganar en competitividad. Sin embargo, solicitan que no se descuiden otros factores que han ayudado a la industria a resistir durante la crisis, como la flexibilidad laboral, la eficiencia logística, o la «necesaria contención de los costes energéticos».

Bajo este escenario, los fabricantes también apuestan por la reforma de la fiscalidad del automóvil como punto clave para su recuperación, valorando de forma muy positiva la congelación del impuesto de matriculación hasta final de año aprobada recientemente por los grupos parlamentarios. «Nos permite ser optimistas de cara el futuro», ha explicado López-Tafall, que espera que el mercado nacional cierre el año con unas ventas de 925.000 turismos.

En este sentido, y para el coche eléctrico, Anfac ya ha propuesto una serie de medidas para incentivar la demanda de este tipo de vehículos. Entre otras, y además del IVA cero, solicitan bonificaciones del cien por cien sobre el impuesto de matriculación.

Desde la asociación recuerdan además de que aunque el plan Moves III es una buena herramienta para el sector, mañana finaliza el plazo de tres meses que las comunidades autónomas tenían para aplicarlo. Y, de momento, solo cumple Baleares.

Todas estas medidas (fondos europeos, Plan Moves III, fiscalidad favorable para el uso del coche eléctrico, etc), crearían la fórmula adecuada para afrontar no solo los efectos que aún perduran de la pandemia, sino también la crisis de los semiconductores que desde la asociación de fabricantes no esperan que termine hasta bien entrado el próximo año. Solo este factor ha provocado, según sus cálculos, una caída del 19% en la producción de vehículos. «Es la misma reducción que se produjo en 2020 respecto a 2019». En el mes de mayo, el descenso fue del 38%.

Pese a todo, desde Anfac han querido poner de manifiesto la resistencia del sector frente a los envites de los últimos años. Pese a la mencionada caída de la facturación total en 2020 en un 12,8% hasta los 59.987 millones de euros, el sector presume de no haber recortado puestos de trabajo. Y aunque sus cifras de inversión sí cayeron un 30% respecto a 2019, aún ronda los 2.000 millones de euros, en línea con la media de los últimos años.

Por otro lado, y según el Informe Anual de Anfac correspondiente a 2020, la recaudación fiscal de la automoción acumuló 25.645 millones de euros, lo que supone un retroceso del 16,8% en comparación con 2019. El cierre en negativo del mercado de automóviles condicionado por la pandemia se reflejó especialmente en una caída del 26,8% en la recaudación del IVA, grueso principal de la recaudación por adquisición de vehículos nuevos, así como en la recaudación en el consumo de carburantes.