Borrar
Las diez noticias imprescindibles de Burgos este martes 21 de enero
El buque mercante 'Ever Given' en el Canal de Suez. EP
Ever Given: un año del gran atasco del Canal de Suez

Ever Given: un año del gran atasco del Canal de Suez

El incidente de uno de los portacontenedores más grande del mundo provocó pérdidas de 364 millones de euros y puso en jaque la cadena de suministros global, ya muy tensionada por la crisis sanitaria

Miércoles, 23 de marzo 2022, 00:04

Taponó el 12% del comercio mundial y provocó una retención de mercancías por un valor de, aproximadamente, 9.600 millones de dólares diarios (8.700 millones de euros). Las pérdidas se elevaron a 400 millones de dólares (364 millones de euros), en una época en ... la que las cadenas de distribución estaban ya de por sí debilitadas por la crisis económica provocada por el coronavirus. Fueron las consecuencias económicas del bloqueo del Canal de Suez provocado por el estancamiento hace este miércoles un año del navío Ever Given, que contaba con 18.300 contenedores con mercancías por valor de entre 600 y 700 millones de dólares en su interior (entre 550 y 650 millones de euros).

Este incidente trajo consigo un mayor aumento del miedo por un posible desabastecimiento y aumento de los costes para los consumidores como consecuencia de los más de 400 barcos que quedaron bloqueados en una de las rutas marítimas más importantes para el comercio, y vital para el transporte de petróleo y gas. Esto provocó que, tras suspenderse «de manera temporal» la navegación por el Canal de Suez, por el que circularon 19.000 barcos en 2020 -50 al día- el precio del barril de petróleo sufriera un repunte de más del tres por ciento.

No fue el detonante de una crisis en la cadena de suministros pero sí que llegó en un momento en el que la cadena logística ya estaba empezando a colapsar, tensionada desde el inicio de la crisis sanitaria por las medidas restrictivas que se impusieron en la mayoría de países. El incidente incrementó aún más los desafíos a que el modelo de cadenas de suministro global debía hacer frente. Se encontraron los primeros cuellos de botella en los puertos asiáticos, se empezaron a quedar artículos en tierra como consecuencia de los confinamientos y la falta de contenedores y las producciones no podían cumplir con una demanda «disparada», lo que provocó, entre otros asuntos, el retraso en las entregas, la subida de los costes y la falta de personal para trabajar en los puertos.

Se frenó de golpe todo el suministro durante una semana y luego se intentó recuperar el tiempo perdido actuando en el corto plazo incrementando la velocidad de tránsito y el volumen de mercancías que llegaban a puerto por día, «lo cual derivó en un flujo de barcos y mercancías tal, que incluso en situaciones normales, destaca el director de Turnaround de KPMG en España, Leando Real, «ya supondría un reto a casi cualquier puerto y logística involucrada aguas abajo».

Vídeo.

Pero esta situación no ha mejorado ni es previsible que lo haga, como pronto, hasta dentro de un año y medio, según cálculos del profesor titular del Departamento de Operaciones, Innovación y 'Data Sciences' de la escuela de negocios Esade, Jaume Hugas, que afirma que «solo nos faltaba la guerra». Una opinión que comparte el experto en logística y profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya, Cristian Castillo y que, además, enfatiza: «Ahora estamos en medio de un conflicto bélico que está tensionando todavía más «una cadena que aún no se había recuperado». Es más, para la directora de Turnaround de KPMG en España, Nuria Álvarez, ante un conflicto difícilmente previsible y de grandes magnitudes, «hay que volver a repensar y redefinir estrategias».

«Regionalización» de la producción

Y aunque para Castillo, la cadena de suministro es absolutamente resiliente y ha demostrado que goza de capacidad de adaptación, estas situaciones, a su juicio, deben plantear un cambio comercial muy diferente, una vez que estas crisis pusieron de relieve los problemas de la globalización y las consecuencias de depender de productores que están a miles de kilómetros y no en territorio próximo, convertido en un lugar de diseñadores y no de productores.

Hay que tener en cuenta que el 90% de las mercancías que se mueven lo hacen por mar y el 70% lo hace desde puertos de China. «Cualquier interrupción o crisis nos acaba afectando a nosotros y en la escasez de algunas materias». Considera que si se hacen los deberes y se apuesta para que haya producción en Europa, la dependencia de factores externos será menor y la falta de suministro tendría un menor impacto.

afp

Es por lo que según Hugas, la «globalidad se rompe por muchos sitios» y el modelo se encamina hacia la «regionalización». Cree que una multinacional debe tener fábricas en diferentes puntos de la geografía para que si hay un problema en una posición no afecte de manera generalizada. Es un cambio de paradigma que ya está ocurriendo una vez que las empresas han sufrido las consecuencias de la crisis del modelo. «Solo cambiamos con el sufrimiento», continúa.

No obstante, aunque fue la pandemia la que afloró estos problemas, la solución no llegará entre los cinco o diez años próximos, como poco. Por ello, lamenta Castillo, el consumidor debe tener en cuenta que en el corto y medio plazo, el desabastecimiento de algunos productos «es muy probable», más teniendo en cuenta la invasión de Rusia en Ucrania y el papel que puede jugar China en el conflicto. Y es que si el país asiático se posiciona a favor de Vladimir Putin, las consecuencias para occidente pueden ser muy dañinas. Incluso más, avisa Castillo, que el efecto rebote que tienen en las economías europeas las sanciones que ha impuesto a Rusia.

Pero como apuntan desde KPMG, con independencia de las necesidades de redefinición, dotar de una capa de inteligencia, capacidad de automatización y disponer de planes de contingencia previamente definidos que incorporen un pool de proveedores y vías de suministro alternativas, son pasos de obligado cumplimiento para toda empresa que quiera incrementar su tasa de supervivencia.

La repercusión en el Canal de Suez

Las labores de rescate duraron seis días y obligaron a sacar 30.000 metros cúbicos de tierra para desencallar un portacontenedores de bandera panameña de 400 metros de eslora y una capacidad de más de 200.000 toneladas. Pero no fue hasta julio, más de tres meses después de haber atascado el canal que conecta el mar Mediterráneo y el mar Rojo, es decir, la navegación más eficaz entre Asia y Europa, cuando el Ever Given volvió a navegar hacia Roterdamm con cien días de retraso.

Y es que la SCA, autoridad de esta ruta estratégica para el comercio mundial, decidió retenerlo a la espera de que los propietarios del buque abonaran una compensación de 916 millones de dólares (767 millones de euros) por el caos desencadenado, al que le atribuían toda responsabilidad. Pese a todo, el Canal de Suez registró un récord de ingresos anuales en 2021 con 6.300 millones de dólares (5.540 millones de euros), lo que representa un aumento del 12,8% respecto al año anterior.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

burgosconecta Ever Given: un año del gran atasco del Canal de Suez