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España, Francia y Portugal llegaron este jueves a un acuerdo para impulsar las interconexiones energéticas de la Península Ibérica con el resto de la Unión Europea (UE). Los tres países pactaron sustituir el proyecto del gasoducto MidCat, por la construcción de un «corredor de energía ... verde» que unirá Barcelona y Marsella y servirá para transportar gas e hidrógeno.
«Este proyecto acelerará las interconexiones, es coherente con la transición verde y hace frente a la demanda de una mayor solidaridad europea ante el chantaje de Putin», aseguró el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, a su entrada a la cumbre del Consejo Europeo en Bruselas.
Antes, se reunió con el presidente galo, Emmanuel Macron, y el primer ministro portugués, António Costa, en un encuentro que sirvió para definir el proyecto del hidroducto que conectará Barcelona y Marsella, bautizado como BarMar, y que acaba con la anterior iniciativa para conectar la Ciudad Condal con Livorno (Italia). Se espera que la nueva solución esté plenamente operativa en un plazo de 4 ó 5 años y tendrá un trazado aproximado de 360 kilómetros.
El tubo submarino estará preparado para transportar gas e hidrógeno verde, según detalló Sánchez, y se espera que, en paralelo, discurra un cable eléctrico que conecte a España y Portugal con el resto de Europa. Además, los tres países ven prioritario impulsar la conexión con Francia a través del Golfo de Bizkaia. El proyecto tendrá así una longitud total de 400 kilómetros y aumentará la capacidad de intercambio desde 2.800 hasta 5.000 megavatios (MW). Esto, en términos absolutos, mejoraría la interconexión ibérica en un 5%. En un principio, la previsión era que esta infraestructura estuviera lista para 2026 ó 2027, pero el acuerdo de este jueves se compromete a acelerar los plazos.
En los últimos meses España y Alemania han creado un frente común para reactivar el proyecto del MidCat, que ha chocado una y otra vez con el 'no' rotundo del presidente francés. La negociación llevaba en punto muerto desde 2015. Y es que, para el dirigente galo, esta infraestructura «es innecesaria», ya que solo transportaría gas y no cumple con los objetivos de la transición ecológica. Además, ha insistido en que «tardaría demasiado en construirse» y no daría solución a la actual crisis energética.
El BarMar parece haber acabado con las reticencias francesas, ya que se trata de un hidroducto que podrá transportar en el futuro hidrógeno verde. La solución aspira, además, a ser calificada como un proyecto energético prioritario para la UE, lo que le permitiría lograr financiación europea.
Antes de todo eso, el plan se tendrá que plegar a la normativa del bloque, que establece que las infraestructuras de este tipo deben transportar un 100% de hidrógeno verde para 2030. Ese plazo, unido al tiempo que dure la construcción, significaría que el BarMar solo podría transportar gas durante dos años, como máximo.
España, impulsora de la iniciativa, se muestra optimista respecto a la financiación comunitaria y asegura que este hidroducto representa una «muy buena noticia» para el país y también para la UE. La Comisión Europea conoce el proyecto y «lo ve con buenos ojos», apuntan fuentes españolas.
Tras la reunión, de apenas una hora, Sánchez agradeció a Macron y Costa su «voluntad política» para llegar a un acuerdo que entierra definitivamente el proyecto del MidCat. Los tres líderes seguirán discutiendo los planes de construcción en una reunión a tres que se celebrará el 8 y 9 de diciembre en Alicante. En ese encuentro, se debatirán «aspectos fundamentales, como los plazos de inversión, el reparto de costes y el volumen de recursos económicos» necesarios para poner en marcha el conducto.
España y Portugal acordaron avanzar en la creación de un sistema de almacenamiento común de electricidad para asegurar el suministro de la península. Con la sequía mermando la capacidad de generar electricidad a través de centrales hidroeléctricas y la mitad del parque nuclear de Francia parado, «resulta fundamental» para los dos países crear una infraestructura compartida. Los dirigentes no concretaron en qué consistirá esta iniciativa, pero aseguraron que podría tratarse de una reserva conjunta de gas para generar electricidad.
Por su parte, el portugués António Costa reconoció este jueves que su país no dispone aún de la infraestructura necesaria para completar su conexión energética con España. Más concretamente, faltan 162 kilómetros para llegar a la frontera.
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