La adjudicación de la nueva plataforma de vehículos eléctricos GE2 en Europa a partir de 2025 a la fábrica de Ford en la localidad de Almussafes (Valencia) supone un impulso a la compañía y su continuidad en los próximos años. Un espejo en el que ... se mira todo el sector en España, con muchas comunidades pendientes de este tipo de decisiones de las grandes marcas. El consejero delegado de la firma en España, Jesús Alonso, explica las razones de esta decisión que cambiará la estructura de las factorías ante la irrupción «irreversible» de modelos enchufables.
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–¿Qué valoración hace de esta adjudicación?
–Implica que será una plataforma que permitirá desarrollar vehículos eléctricos con la tecnología más avanzada y también, lógicamente, con toda la conectividad que exigen los nuevos productos.
–Aún faltan por saber muchos detalles, como el grado de inversión, recursos económicos, impacto laboral...
–Eso es lo que hay que acabar de desarrollar a partir de ahora, cuáles serían los nuevos productos que irían en esta plataforma. Por otro lado, y en paralelo, que tenemos que ir trabajando en adaptar lo que son las necesidades laborales en un nuevo entorno cuando llegue la fabricación de vehículos eléctricos que, como sabemos, requieren una necesidad menor de mano de obra. Eso es algo común a la fabricación de cualquier vehículo eléctrico. Y vamos a tener que empezar ese camino de nuevas estructuras laborales.
–¿Por qué cree que Ford, una firma con sede en EEUU, ha elegido su fábrica en España y no en otros puntos de Europa?
–Se ha hecho un proceso de selección realmente muy profesional, centrado en los datos concretos de lo que aportaba cada fábrica. Y, ante ello, pues lógicamente estaban todos los temas laborales, todos los temas del entorno de la fábrica, todos los temas del rumbo futuro, del enfoque de los gobiernos locales y nacionales... En cualquier caso, creo que lo más importante ha sido no tanto las cuestiones políticas, sino que realmente ha sido una selección muy profesional de detalle. Y hemos sido afortunados de que al final, en toda esta comparativa de datos, pues hemos salido mejor que otros.
–Comenta el factor de la legislación laboral, con la flexibilidad conseguida estos últimos años en todo el sector. ¿Cómo ha influido en la visión exterior que se tiene de España?
–Efectivamente ha sido otro factor de elección. Hay una gran relación que tenemos con la fuerza laboral y a nivel sindical. Somos capaces de aceptar que no todo se puede ir incrementando siempre, que se puede llegar a un acuerdo que sea bueno para los trabajadores y bueno para la empresa. Yo creo que eso se ha conseguido históricamente en Valencia y una vez más también ha sido en esta ocasión.
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–¿Cómo va a afectar a la plantilla?
–Hay que adaptarse, porque el coche eléctrico necesita menos mano de obra para fabricar por razones obvias frente a un modelo de combustión.Por eso ahora estamos iniciando el proceso de decidir conjuntamente con los sindicatos cómo hacer seguir ese camino.
–¿La llegada del coche eléctrico es ya imparable?
–Sí, imparable e irreversible. Vamos para allá. En el caso de Ford es una apuesta clarísima de a dónde queremos llegar pronto. A nivel de turismos en 2030 queremos solamente vender en Europa coches eléctricos;y en comerciales, estamos hablando de que dos tercios de los vehículos sean cero emisiones, con lo cual, en nuestro caso, en 2030 estamos bastante cerquita de ese objetivo.
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–Incluso se anticipan al objetivo de la UE, fijado para 2035.
–Pensamos que es mejor no solamente para Ford y para el cliente, sino también por nuestra responsabilidad, para el planeta.
–Sin embargo, sigue habiendo mucha reticencia por parte de los clientes a adquirir un modelo eléctrico.
–Hay dos factores importantes. El más crítico es el de acelerar la implantación de puntos de recarga. Esa es hoy la gran prioridad, porque es un factor que retrae al comprar. Y el segundo asunto es el precio. Decisiones como las nuestras, donde vamos a poner toda la fuerza de la compañía en fabricar coches eléctricos, tiene que acabar siendo una manera de reducir costes lo más pronto posible.
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–Cualquier movimiento en una fábrica como la de Valencia ejerce un efecto tractor en la economía de todo un territorio, sobre todo con los proveedores locales. ¿Son conscientes de la importancia de estas decisiones como la de Ford?
–Nosotros somos alrededor de 6.000 personas y lo que es el entorno directo alrededor de la fábrica pueden ser alrededor de 25.000. A partir de ahí, hay que tener en cuenta el peso que tenemos en las exportaciones de la Comunidad Valenciana o la participación en el Producto Interior Bruto, que es muy elevada. Por eso estamos muy contentos de mantener ese empuje tractor a a toda la economía valenciana, y lógicamente también a la española.
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El automóvil no acababa de salir de la crisis derivada de la falta de semiconductores cuando se ha encontrado con otro bache en el camino: el encarecimiento de los costes y unos cuellos de botella que siguen relanzando las entregas.
–¿Qué valoración realiza de cómo evoluciona este 2022, transcurrida la mitad del año?
–Bueno, yo creo que es un año al que ha afectado mucho todavía todo el tema de la covid, sobre todo la parte primera. Hemos tenido también una continuación del problema que ya surgió desde principio del año pasado, de falta de semiconductores y que se está mejorando un poco, pero todavía estamos muy afectados por ello. Y aparte de todo esto, pues se están juntando lógicamente todos los problemas derivados alrededor de la guerra de Ucrania y subida de materias primas, con lo cual estamos entrando en un entorno cambiante, complicado, pero al mismo tiempo yo creo que nos vamos a ir adaptando. Los humanos tenemos la facilidad de que nos adaptamos a todo. En cualquier caso, yo creo que sí que vamos sobrellevando, aunque es cierto que yo hoy lo que percibo es una disminución de la demanda, sobre todo a nivel de cliente particular estos últimos meses por todas estas razones de las que hablamos.
–El retraso en las entregas de coches nuevos también está impactando en la demanda.
–Lógicamente eso influye. Es verdad que también lo que hemos descubierto que no hace falta tener el coche ahí para que te lo compres, sino que la gente está dispuesta a esperar un poco. Pero evidentemente ahora mismo en algunos modelos, pues es una espera larga, y efectivamente esto ha ocasionado que cuando la gente realmente lo necesita en el corto plazo, pues se vea también como alternativa el comprarse uno usado. Esperemos que vaya mejorando durante los próximos meses un poquito esta disponibilidad para hacer que la gente que no puede esperar podamos servirle el vehículo lo antes posible.
–¿Las perspectivas son, por tanto, de mejoría lenta?
–Sí. Esa es mi opinión. Por lo que estamos viendo, todo el sistema no está solucionado, sino que es un poquito mejor, pero seguimos todavía muy afectados por este tema.
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