Sexta jornada de huelga del taxi en Madrid. El paro ya se ha convertido en el más largo e importante del gremio en la capital y los huelguistas hacen balance. Por primera vez desde que empezaran el lunes las movilizaciones, este sábado no hubo ... ninguna acción reivindicativa como las que en los últimos días han provocado graves trastornos en la capital de España con el corte de algunas de las vías y circunvalaciones más importantes de la ciudad. Y todo ello durante la más importante ferial de la capital, Fitur.
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Este sábado tocó paellada con miles de comensales en las inmediaciones de Ifema, convertido en el cuartel general de los huelguistas. Sin embargo, no fue solo un día de descanso tras una semana frenética. Los principales líderes de este paro se reunieron en varias ocasiones para fijar los siguientes pasos. Aseguran que están «ganando» esta batalla, sobre todo después de que el viernes la Comunidad de Madrid se aviniera por primera vez a redactar un decreto, pactado con el Ayuntamiento de Manuel Carmena, para limitar los movimientos de los VTC. No es, ni mucho menos lo que pretendían las cinco asociaciones convocantes del paro, pero, a pesar de su rechazo frontal al acuerdo entre el Ejecutivo Regional y el consistorio, reconocen 'off the record' que es un buen comienzo.
El preacuerdo suscrito por ambas administraciones prohibiría la contratación de los Uber y Cabify que estuvieran demasiado cerca del usuario. La promesade las instituciones de Madrid es 'capar' las App para que los clientes no pudieran contratar a un VTC que estuviera a menos de 300 ó 500 metros. Es el llamado «criterio espacial», la versión 'made in Madrid' de la propuesta de la Generalitat que ha acabado con el conflicto en Barcelona después de prometer que prohibirá la contratación de los VTC con menos de quince minutos, un periodo que los ayuntamientos podrán elevar hasta la hora.
En uno y otro caso, reconocen los huelguistas de Madrid, la premisa es que Uber y Cabify no pueda ser un medio de transporte «inmediato» ni «circular libres» en busca de clientes por zonas de afluencia, dando ventaja así a los taxis. ¿Por qué entonces los taxistas de la capital de España rechazan la propuesta de los 300 metros que ralentizaría la capacidad de respuesta de sus rivales ? Porque, según admiten los líderes de los paros, el taxi tienen que lograr todavía más ventaja en esta carrera para buscar viajeros. Y esa ventaja –revelaron ayer algunos de los responsables de la huelga- ya está cuantificada: un radio de un kilómetro. No –matizan- mil metros de navegador al cliente, si no, insisten, un «radio de un kilómetro», sea cual sea la distancia real por la calle entre el vehículo y el usuarios.
En realidad ese «radio de mil metros» es la traducción espacial de la imposición de un precontrato de al menos 15 minutos de la Generalitat, según admiten estos líderes sindicales, a los que les gusta mucho más el sistema catalán, pero que confiesan que arrancar del Gobierno de Ángel Garrido ese «kilómetro de ventaja» podría suponer el fin de la huelga porque en la práctica sería dar un cuarto de hora de ventaja al taxi frente a su competencia.
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Pero los taxistas de la capital de España saben que no va a ser fácil. Ellos mismos no se esperaban que el presidente madrileño, (que llegó a prometer esta semana que «Madrid iba a mantener su seña de libertad, de respeto a la competencia» y que afirmó que «lo que haga Cataluña con esto para mí es justamente lo contrario a lo que hay que hacer») horas después se sacara de la chistera la «limitación espacial». Un criterio que en realidad se basa en el mismo sistema de Cataluña de ralentizar la capacidad de respuesta de los VTC alejándoles de los clientes instantáneos. Sin embargo, son conscientes que imponer su deseado «kilómetro» a Garrido sería un paso demasiado grande para un Ejecutivo autonómico que hace solo seis días ni siquiera se planteaba hacer la más mínima concesión al taxi.
Su arma para obligar a Garrido a dar otro paso de gigante va a ser, de nuevo, las movilización. El jueves, tras una jornada con catorce heridos y después de varios días de cargas policiales y cortes, amenazaron con «acciones» todavía más «contundentes». Sin embargo, éstas no han llegado. Los taxistas de Madrid también son conscientes de que las imágenes de violencia contra los VTC y de sus refriegas con la policía y los graves trastornos que están causando a la ciudadanía están volviendo cada vez más impopular su huelga. Es más, que la redes sociales, que no dejan de consultar compulsivamente los propios taxistas, arden con campañas en su contra como la de #TaxiNoGracias.
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Las cinco plataformas convocantes, además, admiten que, aunque todavía los ánimos de los huelguistas están muy altos, los taxistas están perdiendo importantísimos ingresos al dejar de trabajar en una semana, con Fitur y la Mercedes-Benz Fashion Week, de las que más negocio genera durante todo el año. Saben que tienen solo unos pocos días más de margen para ganar la última batalla de esta 'guerra del kilómetro'.
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