La revisión cada año y durante décadas de numerosos balances de resultados para estudiar la viabilidad de los proyectos que avala la sociedad de garantía recíproca (SGR) Iberaval permite a esta entidad conocer con mejor detalle que otras la situación real en la que se ... hallan las compañías de Castilla y León. Hasta el punto de que el diretor general de Iberaval, Pedro Pisonero, manifestó ayer que en la actualidad, y a pesar de las alarmas de nuevas incertidumbres que han surgido durante los últimos meses, no hay motivo para el pesimismo, porque «los balances de las empresas son sólidos y buenos», aseguró el experto en el transcurso de la jornada que con el título 'El ecosistema empresarial de Castilla y León. Instrumentos financieros al servicio de la pyme' se desarrolló ayer organizada por Iberaval y El Norte de Castilla.
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Pedro Pisonero resaltó cómo en estos momentos, y gracias a este instrumento financiero en el que Castilla y León ha sido una región pionera en su puesta en marcha, cambia de forma considerable la manera de facilitar la financiación desde el anterior sistema de subvenciones. Así, las anteriores ayudas se recibían una vez completo y cubierto el proyecto, mientras que el actual sistema de préstamos permite contar con la financiación desde el inicio y que, gracias a la participación de la SGR nacida en Castilla y León permite asumir un mayor riesgo «en proyectos que son perfectamente viables» puntualizó. Y de esa viabilidad saben porque la pueden calcular precisamente para facilitar una mayor asunción de riesgo tanto por la trayectoria anterior de las compañías que los solicitan como por las previsiones de futuro de las mismas, lo que hace posible su tarea de ser avalistas en los préstamos concedidos a las empresas.
Pisonero señaló también durante su intervención que el tamaño de las empresas sí es un problema en el momento de innovar, porque las compañías europeas, y puso como ejemplo las alemanas, tienen un tamaño mayor que las permite apostar por la Investigación y el Desarrollo (I+D). Pero a su juicio, el tamaño es la principal diferencia entre las pequeñas y medianas empresas (pymes) españolas y de Castilla y León en comparación con las de otros países del entorno. «La innovación se hace igual de bien en Íscar que en la Baja Baviera», señaló, mientras ponía el ejemplo de la empresa Moldeados de Caucho, radicada en la provincia de Valladolid y que ha contado con la financiación de la sociedad de garantía.
Pese a esas dificultades, el director general de Iberaval aprovechó su participación en la jornada 'El ecosistema empresarial de Castilla y León. Instrumentos financieros al servicio de la pyme' para asegurar que la sociedad de garantía trabaja precisamente para «ser útil», dijo. Citó en este sentido una de las fórmulas planteadas por la administración para apoyar los proyectos innovadores a través de los instrumentos financieros (IIFF), en un momento en que la comunidad autónoma pasó de ser una región Objetivo 1 con una importante oferta de subvenciones procedentes de la Unión Europea a ser Objetivo 2.
Pisonero precisó cómo la puesta en marcha de este nuevo sistema de financiación fue «terriblemente complejo», porque Castilla y León fue pionera en España en ofrecer esta financiación, a través del Instituto para la Competitividad Empresarial (ICE). De esta manera, se crearon instrumentos que permiten poner más riesgo en proyectos viables. «Hay una vía para invertir pese a que la incertidumbre llega por tierra, mar y aire», declaró.
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Estos instrumentos financieros suponen en total una suma de 80 millones de euros, que a través de la administración regional Iberaval se ponen a disposición de las empresas de Castilla y León y que en los últimos años ha sido un elemento fundamental en la creación y el mantenimiento del empleo.
Pisonero, resaltó durante la jornada que tuvo lugar ayer que Castilla y León es una buena tierra para invertir, y puso como ejemplo las tres empresas que participaron para explicar cómo habían utilizado los fondos y préstamos recibidos para convertir sus proyectos en una realidad.
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Al respecto, subrayó que la comunidad cuenta con empresas punteras, como las multinacionales del automóvil, de las que hace quince años «pensábamos que iban a desaparecer, pero siguen funcionando, son punteras y además las más productivas», según expuso. El principal problema es que, pese a que los castellanos y leoneses, «comparados con los europeos y los españoles, somos gente muy seria y muy trabajadora, es un valor que nos reconocemos a nosotros mismos, pero no somos capaces de creer en nuestras posibilidades», agregó.
Las tres empresas presentes en la jornada, organizada por El Norte de Castilla e Iberaval, son ejemplo de iniciativas que apostaron por actuar contracorriente y abrir espacios allí donde otros abandonaban. De esta forma, los asistentes pudieron conocer las experiencias de tres empresarios que han crecido de la mano de la sociedad de garantía en Castilla y León, además en sectores tan diferentes como la hostelería, la formación y la industria. Apostaron por negocios arriesgados y para sacarlos adelanto buscaron apoyo en Iberaval. Los ponentes destacaron el papel de la sociedad de garantía para acceder a la financiación e insistieron en el protagonismo de la digitalización para el crecimiento. A pesar de las diferencias que separan los tres negocios, coinciden en la necesidad de adaptarse a un nuevo tipo de cliente y a las ventajas que aportan las tecnologías a su trabajo. Fernando González, creador de Sensaciones para Recordar, puso en marcha un establecimiento hotelero:la Fábrica del Canal en Abarca de Campos (Palencia).
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Un espacio que fue una fábrica de harinas junto al Canal de Castilla, catalogado como Bien de Interés Turístico (BIC) que aspira a obtener la categoría hotelera de cinco estrellas porque persigue atender las necesidades y deseos de un turismo de élite y ofrecer experiencias de alto nivel en un hotel boutique y un hotel museo, al contar con la maquinaria industrial completa de la antigua fábrica. «El mundo de los eventos no es solo lo que se llamaba la BBC, bodas, bautizos y comuniones. Hay otro tipo de reuniones familiares y de amigos», expuso González.
La directora de Esla Centro de Formación, Renata López, recordó, por su parte, sus inicios en 2002 con la apertura de un centro en Zamora al que siguieron otros en la provincia como Toro (2008) y Benavente (2012). Luego llegaría el salto a Madrid y ahora están a punto de abrir oficinas en Valladolid y León. Agradeció la confianza de Iberaval en su proyecto porque la «inversión es el primer salto al empleo», aseguró. Y consideró clave que las entidades financieras y la sociedad de garantía piensen en las empresas. «Tener ese respaldo da mucha seguridad», afirmó, tras reconocer que el asesoramiento de los profesionales de Iberaval reorientó su plan de negocio y las líneas de trabajo para dar el salto a la formación que no solo dependiera de la administración pública.
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El último caso lo expuso Fernando Velasco, socio de Moldeados de Caucho en Íscar (Valladolid), quien valoró el apoyo de Iberaval para apostar por la especialización y la diversificación en el número de clientes que son, básicamente, de países extranjeros (Estados Unidos, Sudamérica, Europa y a punto de vender en Oceanía). La empresa, de 40 trabajadores, está especializada en la fabricación de piezas de caucho para la industria minera y de la madera, con unas exportaciones que superan el 80%. La apuesta por la I+D y el laboratorio permitió el año pasado crecer un 60% y la previsión es duplicar la actividad hasta 2022.
Fernando González demandó de la administración más facilidades para rehabilitar el patrimonio. «Quienes queremos rehabilitar un edificio nos topamos con una legislación del paleolítico. Nos piden informes de hasta siete administraciones, lo cual desgasta mucho», confesó.
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Renata López reclamó el fomento del espíritu emprendedor para que los jóvenes bien formados se queden en Castilla y León y resaltó cómo el sector productivo y la formación van, en demasiadas ocasiones, por diferentes caminos. De ahí que apostara por buscar el perfil profesional allí donde haya empleo.
El director de Moldeados de Caucho, por último, significó que la financiación en España es compleja para la industria, sin olvidar la dificultad para encontrar los perfiles profesionales necesarios y la competencia existente con empresas europeas de mayor tamaño. «Competimos en capacidad productiva pero no en investigación», concluyó.
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