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Repsol ha aprovechado la presentación de resultados trimestrales para lanzar una advertencia al Gobierno si prospera el acuerdo entre PSOE y Sumar por el que se mantendría el gravamen extraordinario a las energéticas y la banca, aunque solo estaba pensado para dos años. La compañía ... ha avisado de que pueden peligrar sus inversiones en España si sale adelante esta medida que, a su juicio, «castiga» a las empresas que, como Repsol, «invierten en activos industriales, generan empleo y garantizan la independencia energética».
La llamada de atención llega dos días después de que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz rubricaran el acuerdo de gobierno con la prórroga del gravamen extraordinario por el que las energéticas tributan a un tipo superior al 4% sus ingresos y del que Hacienda ha recaudado solo este año unos 1.700 millones de euros en el sector, y hasta 2.900 incluyendo la banca. Para Repsol, esta prórroga implicaría que «la falta de estabilidad en el marco regulatorio y fiscal del país podría condicionar los futuros proyectos industriales de Repsol en España».
No es la primera vez que el grupo, cuyo consejero delegado es Josu Jon Imaz, se ha opuesto a este impuesto por los beneficios obtenidos desde 2022 gracias al repunte del precio del petróleo, según justificó en su momento el Ejecutivo. Repsol insiste en que esta figura fiscal «favorece a los importadores que no generan empleo ni actividad económica relevante en España». El grupo destinó la mayor parte de sus inversiones (4.362 millones de euros)entre enero y septiembre a proyectos en España (41%) y Estados Unidos (37%).
La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, respondió a esta amenaza argumentando que «a las empresas nunca les ha ido tan bien como con nuestro Gobierno». Calviño apuntó que España tiene «un mensaje muy fuerte de confianza de los inversores internacionales y los mercados».
La advertencia de Repsol llegó ayer mismo, cuando presentaba sus resultados hasta septiembre, cuando ha obtenido un beneficio neto de 2.785 millones de euros, lo que supone un 14% menos que en el mismo período de 2022. Esta reducción se explica, en buena medida, por la caída del precio del crudo en lo que va de ejercicio. En los primeros nueve meses de 2023 el barril de Brent cotizó a una media de 82,1 dólares por barril, un 22% menos que en el mismo periodo del año anterior.
La compañía anticipa que el mercado «seguirá caracterizado en los próximos meses por la volatilidad» de los precios ante «el convulso escenario geopolítico. «En el último trimestre del ejercicio los recortes de producción de algunos países impulsaron de nuevo al alza los precios y, junto con la incertidumbre sobre el crecimiento económico mundial, tensionaron al mercado», indica. El grupo ya anunció que prorrogará el descuento comercial que ofrece a sus clientes por repostar en sus estaciones de servicio hasta el 10 de enero de 2024.
Con estos resultados, Josu Jon Imaz sostiene que «2023 está siendo un año de profunda transformación, con avances firmes en descarbonización y en la consolidación de nuestro perfil multienergético». «En un entorno volátil como el actual estamos obteniendo resultados sólidos» y «aumentando la retribución a nuestros accionistas», apunta.
En julio, la compañía abonó un dividendo complementario de 0,35 euros brutos por acción −con cargo a 2022− que se añadió a la retribución de enero. Así, el dividendo en efectivo aumentó un 11% respecto al año anterior, hasta los 0,70 euros brutos por acción. En enero de 2024 percibirán 0,4 euros brutos por título.
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