La gran crisis del ocio nocturno, sin planes de apertura a la vista

Las más de 27.000 empresas que forman el sector facturaban más de 224.000 millones de euros al año y generaban 250.000 puestos de trabajo directos. A ello hay que sumar más de 40.000 autónomos relacionados con la actividad de la música y de las artes escénicas, como violinistas, bailarines, técnicos de sonido o de iluminación que llevan «ocho meses sin poder subirse a ninguno de nuestros escenarios», lamenta Pajares, que denuncia que aunque los negocios están cerrados y los empleados sin trabajar, tienen que seguir haciendo frente a muchos de sus gastos.

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Dada la actual crisis, desde Spain Nightlife calculan que antes de que termine el año es probable que hasta el 65% de los autónomos y empresarios del sector tengan que solicitar concurso de acreedores. «El ocio nocturno ha sido demonizado desde el comienzo de la pandemia y todo apunta a que la situación seguirá siendo la misma», argumenta Pajares, que solicita una reunión con el Ministerio de Hacienda para trasladarle su plan de ayudas, «necesario para muchas familias».

Las demandas que exigen al Gobierno son subvenciones a fondo perdido para que las empresas puedan mantener sus costes fijos mínimos y no se vean obligadas a cerrar definitivamente, plan de exenciones de pagos de tributos y tasas municipales mientras estén cerrados los locales (tasa de basuras o el Impuesto de Actividades Económicas), nueva moratoria en los pagos trimestrales del IVA y del IRPF, aplicación de un IVA reducido del 4% al sector de forma temporal hasta que la actividad recupere la normalidad o la prórroga de los ERTE hasta septiembre de 2021.