El fiasco del modelo 737 MAX de Boeing, cuya flota de aviones está paralizada «sine die» desde mediados de marzo tras sufrir varios accidentes mortales en diferentes países, amenaza con convertir 2019 en el peor año de su historia. Las entregas de aviones ... por parte del gigante aeronáutico estadounidense se redujeron un 38% desde principios de enero hasta el cierre de julio para quedar en 258, mientras que los pedidos de nuevos aparatos se han reducido prácticamente a la mitad con solo 88 formalizados.
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De hecho, el mes pasado se desplomaron un 51% hasta contabilizar solo 19, su nivel más bajo desde noviembre de 2008, es decir, al principio de las última gran crisis económico-financiera global. Su peor mes en ese sentido, no obstante, fue mayo con una caída de casi el 56%. La situación es especialmente preocupante para el fabricante norteamericano si se considera que el 737 MAX venía siendo el modelo que con más rapidez se estaba vendiendo en la historia de Boeing antes de que sus entregas se suspendieran el pasado 11 de marzo, un mes después del accidente que uno de sus aviones se estrellara en Etiopía, causando 157 muertos. Apenas cinco meses antes otro siniestro similar con el mismo modelo provocó 189 fallecidos en Indonesia.
Tanto la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA, por sus siglas en inglés) como la Agencia Federal de Aviación (FAA), secundados por los reguladores aéreos de una veintena de países de todo el mundo, consideraron que había conexión entre ambos accidentes y fueron vetando en cascada que el 737-MAX pudiera atravesar sus territorios respectivos. El resultado fue que un total de 387 aviones de 36 aerolíneas distintas han tenido que quedarse en tierra desde entonces. Ya van cinco meses y no hay un horizonte claro de cuándo se les permitirá volver a volar, aunque en Boeing aún esperan que sea posible «a principios del último trimestre» del año.
Sería entonces cuando podría empezar a dar salida de forma progresiva al colapso de pedidos que tiene pendientes, hasta 4.550 con 64 compañías diferentes. Las mayores cantidades son con aerolíneas norteamericanas y asiáticas, aunque en España Air Europa tiene encargados 20 aviones de la versión MAX 8, de las que esperaba las primeras entregas para abril. Asimismo, la líder del segmento 'low cost', Ryanair, ha solicitado 135 unidades del MAX 200, con opción incluso de adquirir 75 más.
En Boeing están pendientes de finalizar la mejora de su 'software' de control de vuelo y realizar otras pruebas para obtener los permisos preceptivos de las autoridades, pero mientras sus resultados se resienten negativamente de forma notable. Y la situación podría ser aún peor si esa 'luz verde' regulatoria se retrasa, pues el grupo aeronáutico ha llegado a contemplar incluso parar «temporalmente» la producción del 737 MAX hasta tener un horizonte concreto de cuándo podría volver a operar comercialmente.
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Por el momento, el segundo trimestre fue el peor de la historia para sus cuentas, con unas pérdidas de 2.940 millones de dólares (2.639 millones de euros) y una caída del 35% en su facturación hasta quedar en 15.750 millones de dólares (14.136 millones de euros). En el semestre, no obstante, los números rojos se moderaron hasta 793 millones de dólares (casi 715 millones de euros) gracias a su buen inicio de año, mientras que la cifra de negocio de la mayor compañía exportadora de EE UU se redujo un 19% para quedar en 38.668 millones de dólares (34.692 millones de euros), pero con un fuerte descenso del 66% en sus ventas de aviones comerciales hasta 4.722 millones de dólares (4.236 millones de euros).
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