La automoción carga contra las «declaraciones» políticas que hacen daño al sector

El ejecutivo ha realizado este análisis en el seno de la Comisión de Industria, Comercio y Turismo en el Congreso, en la que ha aclarado, no obstante, que la mayoría de la producción de Nissan en Barcelona producía 'pick-ups' diésel, un segmento y un combustible que están perdiendo cuota de mercado en la actualidad.

De los Mozos sostiene que ese reguero de declaraciones es «negativa». No ha hecho una referencia explícita, pero en el fondo de su intervención subyacían las consideraciones, por ejemplo, del teniente de alcalde de Barcelona, Janet Sanz, que declaró que había que evitar que el sector se reactivase tras la pandemia; o las palabras de la ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, cuando hace dos años aseguró que el diésel tenía «los días contados».

Además, ha señalado que «ninguna multinacional está en España por las ayudas públicas». «Las ayudas públicas no son un compadreo; hay compromisos de empleo y de activos fijos», ha afirmado ante los representantes de los partidos políticos. También ha aclarado que «las ayudas vienen de las comunidades autónomas porque el Ministerio de Industria da préstamos».

El también director de Fabricaciones y Logística del Grupo Renault ha explicado que él fue director de la fábrica de Nissan en Barcelona hasta 2008, pero que ahora es directivo de Renault y, que a pesar de que ambas marcas tienen una alianza, Nissan toma sus decisiones sin preguntar a Renault. Así, ha indicado que él conoció apenas una hora antes de que saliese a la luz que Nissan había decidido cerrar su fábrica de Barcelona.

Sin embargo, a pesar de que Renault toma el liderazgo en Europa, «no quiere decir que tome las decisiones industriales». «Es decisión del 'follower' demandar ayuda, si así lo considera necesario, al líder y, en este caso, Nissan no ha pedido en ningún momento ayuda a Renault», ha asegurado.

«No puedo hacer más que lamentar la decisión de Nissan», ha explicado De los Mozos, que ha añadido que la decisión «le toca personalmente» porque conoce a los trabajadores de las instalaciones catalanas.