Antonio Brufau: «Es el momento de concentrarse en qué vamos a hacer para salir rápidamente de la recesión»

De esta manera sintetizó su mensaje: «Es el momento de concentrarse en qué vamos a hacer para salir rápidamente de la recesión a la que nos vemos abocados en casi todos los países, mejorando nuestra estructura económica para convertirla en más resistente ante las siguientes crisis que seguro que vendrán».

Asimismo, abundó en que «es el momento de apostar por la industria, ya que con un mayor peso de la industria en nuestra economía, será más fácil salir de la crisis». Defendió que «la industria es indispensable para salir lo antes posible de la recesión que desencadenará la crisis necesaria». En este sentido, añadió que es necesario mejorar la estructura productiva del país para hacerla más resistente ante posibles eventualidades que se puedan presentar en el futuro. Y, además, requirió apoyos a las exportaciones, «que ante la debilidad de la demanda interna nos volverá a sacar de la crisis, gracias a su competitividad, que no debemos menoscabar con excesiva o inadecuada regulación».

Insistió en su reivindicación del papel de la industria puesto que, a su juicio, es un sector «al que orgullosamente pertenece Repsol» y que «se caracteriza por su competitividad, pero también por generar los puestos de trabajo más estables y mejor pagados». Además de que protagoniza una inversión en tecnología, investigación y desarrollo más elevada que otros segmentos económicos, lo que se adivina fundamental para afrontar los desafíos económicos de la era post-Covid-19. «Sin industria, es muy difícil que afloren la investigación, el desarrollo tecnológico y el diseño», remarcó.

Respecto a cuestiones más concretas, afirmó que el apoyo a la industria del autómovil será clave para salir de la crisis, por lo que abogó por «la puesta en marcha de un Plan Renove focalizado en el tipo y gamas de vehículo que más se fabrican en España, convencionales e híbridos». Además, esta medida, defendió, también servíría como herramienta eficiente para reducir emisiones de dióxido de carbono y mejorar la calidad del aire, dada la mayor eficiencia de los motores actuales. Asimismo, animó a «eliminar incertidumbres regulatorias que perjudican a la toma de decisiones y al consumo».

En cuanto al papel de la propia petrolera durante la crisis de la Covid-19, Brufau afirmó que la compañía está poniendo «todas sus capacidades, las humanas e intelectuales y, por supuesto, las industriales y tecnológicas, al servicio de su resolución o mitigación». La prioridad de la empresa, afirmó Brufau, por encima de los criterios habituales de rentabilidad, ha sido proporcionar un servicio esencial en los países donde opera y, en este sentido, afirmó: «Siempre hemos tenido claro que nuestra principal aportación a la resolución de la crisis era la de mantener nuestra actividad en marcha, seguir suministrando la energía que nuestras ambulancias, nuestros hospitales, nuestros sanitarios, nuestros hogares iban a necesitar para la lucha contra la Covid-19». «No ha faltado ni un litro de gasóleo, ni una molécula de gas, ni un envase de butano, ni el suministro eléctrico allí donde se ha necesitado», subrayó.

El consejero delegado de la petrolera, Josu Jon Imaz, por su parte, tuvo palabras sobre el contexto del mercado de hidrocarburos, que se encuentra, como la definió, «en una situación de exceso de oferta no vista en décadas y que lastra consigo los precios del petróleo». Para hacer frente a estas circunstancias, Repsol adoptó un Plan de Resiliencia para este año, que contempla la puesta en marcha de iniciativas de recortes de costes por 350 millones de euros y de más de 1.000 millones en inversiones, así como optimizaciones del capital circulante por valor de 800 millones de euros.

Con todo ello, afirmó Imaz, la compañía podrá mantener dos compromisos: la remuneración a los accionistas y la meta de ser una compañía cero emisiones netas en el año 2050.

Con respecto al dividendo, la junta de accionistas aprobó una remuneración de 0,55 euros por acción, en sustitución de lo que sería el tradicional dividendo complementario, que está previsto que se abone en julio bajo la fórmula scrip, que da a elegir al inversor si lo cobra en acciones o en metálico.

En este sentido, la junta de accionistas también autorizó el mantenimiento durante este año de la reducción de capital mediante la amortización de acciones propias, y así compensar el efecto dilutivo de la fórmula del scrip dividend.