La economía caerá más este año, pendiente de los fondos europeos

Calviño, que ha presentado el nuevo cuadro macroeconómico con el que el Ejecutivo inicia los trámites de los nuevos Presupuestos Generales, ha admitido que «habrá un peor comportamiento» con respecto a sus propios cálculos. La ministra de Economía lo achaca a la evolución a la baja del segundo trimestre, entre abril y junio, el peor momento de la pandemia y el confinamiento social y económico de todo el país. « Se nota sobre todo en el consumo privado«, ha indicado. Aunque ya »mejoran las estimaciones de inversión y exportaciones«, ha apuntado.

Las estimaciones de Economía anticipan un tercer trimestre -el del verano, entre julio y septiembre- «mejor de lo esperado». En este periodo el PIB habría subido un 13%. De ahí la insistencia de Calviño en lanzar un aviso a los gobiernos autonómicos para contener la segunda ola del coronavirus. «Esta previsión del tercer trimestre confirma la importancia de atajar rápidamente los brotes para mantenernos en esta tendencia positiva hasta que llegue la solución definitiva a la enfermedad«, ha indicado.

Indirectamente vuelve a referirse a la pugna que mantiene el Gobierno central con la Comunidad de Madrid a cuenta del confinamiento perimetral puesto en marcha desde el pasado viernes en toda la capital y otra decena de municipios, y no por zonas sanitarias, como quería la región. «Cuando los brotes se atajan rápidamente, el impacto económico se puede minimizar», ha apuntado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes.

Con la economía cayendo un 11% este año, no será en 2021 cuando llegue la recuperación total, sino en 2022, como ya había apuntado el Gobierno. El Ejecutivo prevé que el próximo año el PIB crezca en torno a un 7%. Aunque esta cifra «no tiene en cuenta los efectos del plan de recuperación que tendrá un impacto muy importante en inversión y consumo público y privado, exportaciones y empleo«, ha indicado Calviño. Si ese plan se pone en marcha, el PIB podría crecer hasta un 9,8% en 2021, aunque tampoco compensaría la caída del 11% de este ejercicio.

Sí mejoran las estimaciones del Gobierno en torno al empleo, aunque a finales de este año la tasa de paro seguirá sobre el 17,1% de la población activa. En mayo, las perspectivas anunciaban un desempleo por encima del 19%. Para 2021, el paro caería al 16,9% (frente al 17,2% calculado hasta ahora). Esta evolución menos negativa del empleo tiene su explicación en los ERTE (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo) y en la capacidad que tengan las empresas de reincorporar a sus trabajadores.

Con estos cálculos, Calviño ha anticipado que el próximo año podrían recuperarse unos 400.000 puestos de trabajo, e incluso llegarían a los 600.000 en función de los fondos de reconstrucción europeo. Sumados a los 18,8 millones de afiliados actuales, supondrían entre 19,2 millones y 19,4 millones de cotizantes, prácticamente los mismos que antes del estado de alarma de marzo.

Así lo ha indicado Nadia Calviño, quien ha admitido que la evolución del empleo «es mejor» por los ERTE. Aún quedan 750.000 trabajadores acogidos a estos procedimientos. Y aunque la salida de perceptores fue mayor hasta julio, en septiembre el descenso de parados en ERTE se ha reducido mínimamente. La hostelería y el turismo explican esta circunstancia, que podría mantener en la bolsa del paro temporal a miles de trabajadores durante buena parte del invierno.

Con todas estas medidas (además de los ERTE, los avales del ICO y otras prestaciones), la deuda pública también repuntará más de lo previsto hasta alcanzar el 118% del PIB, 20 puntos más que antes de que llegara el coronavirus, y casi tres puntos más de lo estimado en mayo. En realidad, España no va a asumir más deuda pública, sino que como el PIB retrocede más de lo calculado, el efecto estadístico se traduce en este incremento del ratio de deuda. De hecho, Calviño ha anticipado la intención del Gobierno de reducir las emisiones de deuda al mercado, si es posible, en las próximas semanas.