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Los periodos vacacionales, aunque nos pueda parecer extraño, impulsan la venta de vehículos. Y también lo hacen normativas como la que entrará en vigor el 1 de septiembre, por la que se modificarán los sistemas de medición de las emisiones de CO2 y de consumo ... de carburante. Así, julio ha cerrado con buenos datos en lo que se refiere a matriculaciones de vehículos, turismos y todoterreno, en Burgos.
En concreto, en la provincia se matricularon 652 vehículos, un 8,13% más que en julio de 2017. Eso sí, el número de matriculaciones entre particulares no varió ni un ápice y se contabilizaron 413 en ambos años, de acuerdo con el informe elaborado por ANFAC, FACONAUTO y GANVAM, entidades que aglutinan a fabricantes y vendedores del sector del automóvil en España.
Mientras, las matriculaciones de vehículos de empresa crecieron un 26%, pasando de las 188 registradas el pasado año a las 237 de este julio. Así, Burgos ocupa la tercera posición en el ránking regional en matriculaciones de vehículos, por detrás de Valladolid con 948 y León con 721, provincias que registraron incrementos del 10,36% y del 25,58%, respectivamente. Renault y SEAT se llevan la mayor parte de los vehículos.
Noemi Navas, directora de Comunicación de ANFAC, recuerda que este ulio «mantiene la tónica positiva que suelen registrar los meses estivales, con los desplazamientos impulsando las ventas entre particulares». También se nota la influencia de la entrada en vigor de la nueva normativa de emisiones WLTP, pues se están desarrollando políticas comerciales que favorecen la venta para la retirada de los vehículos en stock.
Del mismo modo, crecen las matriculaciones de vehículos de empresa por el acopio que se está haciendo entre los concesionarios, apunta Raúl Morales, el director de comunicación de FACONAUTO. Sin embargo, no todo son luces en la venta estival de vehículos. El sector reconoce que las informaciones sobre el diésel les están haciendo daño, con «caídas en picado» de la ventas, cuando los vehículos diésel nuevos tienen muchas menos emisiones de CO2.
«Esta reducción tan drástica puede tener un severo impacto en la industria y en el sector, además de la incertidumbre que se está generando en el cliente a la hora de elegir modelos y motorizaciones», apunta Navas. Mientras, Morales explica que la desaceleración se deja notar en todos los canales de venta, pero en especial en las matriculaciones a través de la comecialización a familias y particulares.
En lo que llevamos de año se han matriculado en Burgos 4.119 vehículos, lo que representa un 14,4% más que en 2017. Un crecimiento que se deja notar tanto entre los vehículos adquiridos por particulares, 1.439, como entre los profesionales, 1.249.
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