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Solía decirse que ‘los expertos calculan que para garantizar su supervivencia financiera, la Seguridad Social debe tener una ratio de unos tres cotizantes por cada pensionista’. España logró el mejor resultado de la serie histórica con una relación de 2,71 en diciembre de 2007, ... fecha en la que Castilla y León tocaba también techo con 1,83. En la actualidad, la media nacional está en 2,12 y la autonómica –que el año pasado creció por tercer ejercicio consecutivo–, en 1,61. En todo el país solo hay una provincia (Almería) y una ciudad autónoma (Melilla) con una relación superior a tres. Sin embargo, lo que ‘solían decir los expertos’ ha quedado desfasado debido a la nueva realidad. Ésta queda bien clara a la luz de un par de datos: dos de cada tres nuevos asalariados de 2016 ganan 1.900 euros de media al año (al año), mientras que la pensión media de quienes cobraron la jubilación en la comunidad autónoma por primera vez en noviembre del año pasado ascendió a 1.294 euros al mes (al mes).
El hecho es que el desfase entre los ingresos por las cotizaciones sociales que pagan empresas y trabajadores y los gastos de la Seguridad Social en pensiones sigue sin freno, una situación que es aun más acusada en Castilla y León, pese a los 18.628 nuevos afiliados del año pasado. La recaudación por cotizaciones se incrementó en los once primeros meses de 2017, en relación al mismo periodo del año anterior, en 95 millones de euros, mientras que la nómina para pagar a los pensionistas, colectivo que aumentó en cinco mil personas, creció casi el doble, en concreto en 179 millones.
La comunidad despidió el año pasado con 561.314 pensionistas, de los que dos tercios (376.105) eran jubilados, que en total cobran una media de 1.049 euros –son 22 más que un año antes y 21 menos que la media nacional–, frente a los 912 euros que percibe como promedio el conjunto de beneficiarios de prestaciones contributivas –18 más y 15 menos–.
Este incremento de clases pasivas, de 5.062 personas o el 0,91%, fue, en un año en que Castilla y León registró en 2017 la creación de empleo más intensa desde hace diez años, ampliamente superado por el crecimiento registrado entre los afiliados a la Seguridad Social. El sistema dijo adiós a 2017 con 901.655 inscritos en la región en diciembre (a la espera de que se difunda el dato de la media anual), lo que supone el 2,1%, es decir, entre tres y cuatro veces más que el aumento de pensionistas.
Pero las tornas cambian cuando se echa un vistazo a cómo se traducen estas personas a cifras económicas:las cotizaciones sociales produjeron hasta noviembre unos ingresos de 3.418,93 millones de euros a las arcas de la Seguridad Social en Castilla y León (el 2,87% másque en los once primeros meses de 2016); mientras que el gasto en pensiones escaló a 6.139,39 millones (3,01% más).
En conclusión, el desajuste entre ingresos y gastos, que en 2016 era de 2.636,41 millones (hasta noviembre), en 2017 se situó en 2.720,46 millones (crecimiento del 3,19%).
La pasada semana, la secretaria general del Tesoro anunciaba que el Estado se verá obligado este año a endeudarse aún más para que la Seguridad Social pueda asumir la nómina de las pensiones, con unas previsiones de emisión de deuda que ya incluyen los 15.000 millones que prestará al Ministerio de Empleo para esos pagos. La cifra es el 47% mayor que la que ya otorgó en 2017 para este mismo fin. Hasta ahora, para pagar las prestaciones ordinarias mensuales basta con las cotizaciones y otros ingresos propios del sistema, el problema llega con las ‘extras’, cuyo importe se sitúa en casi 9.000 millones.
Si volvemos a los datos de la Tesorería hasta noviembre, solo una provincia española, una comunidad y las dos ciudades autónomas recaudaron por las cuotas sociales más de lo que requirieron sus pensiones. Se trata de Almería, que presenta un superávit de 11,3 millones y Baleares, de 138,3 millones. El de Ceuta y Melilla sumado es de 16,3 millones. Canarias roza el equilibrio.
La comunidad autónoma con mayor desequilibrio financiero en este sentido es Asturias, donde lo recaudado solo da para pagar el 40,7%de sus pensiones, seguida de Cantabria, donde son ‘autosuficientes’ al 54%. Castilla y León ocupa la tercera peor posición, con el 55,7%.
Por provincias y tras Asturias, se colocan León (41,6%), Lugo (46,9%), Orense (47,4%) y Zamora (49,7%). Las gallegas son también las que presentan peor relación entre cotizantes y pensionistas, con 1,07 y 1,22, respectivamente; León tiene la tercera peor ratio de España (1,23) y Zamora, la cuarta (1,25). Estas cuatro provincias comparten una estructura de población que las convierte en algo así como un ‘cuadrilátero de las Bermudas’ en el mapa de España.
Las mejores de la comunidad son Valladolid (1,99) y Segovia (1,96). En cuanto al desfase de ingresos/gastos, los menores son los de Soria (recauda el 32,6% menos de lo que abona), Segovia (34,2%) y Valladolid (37,2%).
Pese a estos datos, el secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, aseguró la pasada semana que la sostenibilidad de las pensiones está garantizada gracias a los más de 610.000 nuevos trabajadores afiliados el pasado año y destacó que el sistema finalizó 2017 incorporando a 6,32 afiliados ocupados por cada nuevo pensionista. En Castilla y León esta proporción fue de 3,67.
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