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El sector del automóvil no comenzó el año con buen pie debido a las numerosas incertidumbres normativas y económicas que se cernían a su alrededor. Y entonces, llegó la pandemia. Y eso acabó por destrozarlo todo. De hecho, a estas alturas del ejercicio, desde la ... patronal de los concesionarios burgaleses (Aconauto) dan el año por «perdido» tras un 2019 que tampoco fue especialmente bueno tras romper la tendencia alcista de los anteriores ejercicios.
Así lo asegura su presidente, Carlos Arce, quien dibuja un panorama muy complicado para el sector a corto y medio plazo. No en vano, a todas las dudas que ya lo condicionaban previamente se les unen todas las que se están fraguando ahora mismo, cuyo impacto está muy lejos de conocerse todavía.
No obstante, ya hay sobre la mesa un dato tangible. Y es demoledor. Durante el pasado mes de abril, que comenzó y acabó con buena parte de los españoles confinados en sus domicilios, en toda la provincia se vendieron apenas 11 turismos y todoterrenos. Esta irrisoria cifras es, obviamente, la más baja que se registra en un mes en muchas décadas, y da buena cuenta del tremendo golpe que se ha llevado el sector.
La buena noticia, si es que la hay, es, según Arce, que no se puede ir a peor. «Hemos tocado fondo. Sólo podemos mejorar la situación en los próximos meses». De hecho, reconoce, tras el parón prácticamente total vivido desde el decreto del estado de alarma, se ha comenzado a ver algo de movimiento, tanto en los talleres como en las ventas. Los clientes se ponen en contacto a cuentagotas, y las condiciones de visita y venta continúan siendo muy estrictas, pero al menos han comenzado a volver.
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Así, el presidente de la patronal de los concesionarios burgaleses confía en que la crisis sea «temporal» y que no se prolongue durante mucho tiempo. De hecho, Arce confía en que lo cambios de movilidad que ya se están comenzando a ver en otras partes del mundo, donde el miedo al contagio ha derivado en un mayor uso del vehículo privado, permitan paliar parte del impacto que está dejando la pandemia de la covid-19 y la crisis derivada de ella. Eso sí, Arce insiste en que «el año está perdido» pase lo que pase en el segundo semestre. «A ver si al menos en verano conseguimos salvar algo», subraya.
Con todo, «es posible» que a lo largo de las próximas semanas y meses haya «algunas buenas opotunidades», ya que las marcas cuentan con «mucho stock» que se quedó en los almacenes de todo el mundo como consecuencia de la expansión del virus. «Habrá que sacar de ahí todo ese stock», asegura Arce, aunque fuentes del sector descartan una bajada generalizada de precios.
En este sentido, la situación sí puede suponer un impulso para el mercado del coche seminuevo o de kilómetro cero, una de las líneas de negocio que mayor dinamismo venían teniendo en los últimos tiempos.
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Todo dependerá, en todo caso, de la evolución de la crisis, de las ayudas y bonificaciones que puedan implementar las administraciones y de la capacidad de adaptación del propio sector. De hecho, los concesionarios ya se han visto obligados a adaptarse a las circunstancias. Se han limitado las visitas de clientes, se han cambiado los protocolos de limpieza y desinfección de vehículos expuestos y de prueba, se han extremado las medidas de higiene en los talleres, se está intentando minimizar el papeleo y, en vez de enseñar in situ cómo funcionan los mandos de los vehículos, se muestra en vídeo.
Todas esas medidas, aventura Arce, «se quedarán un tiempo». ¿Cuánto? Todo dependerá de cómo evolucione la pandemia. Y es que «lo primero es la salud siempre», aunque «no podemos quedarnos atrás» en la recuperación. Eso, zanja, sería «dramático».
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