Los concesionarios burgaleses cierran el año con un desplome del 32% de las ventas

De acuerdo a los datos ofrecidos por Faconauto, la patronal nacional del sector, a lo largo de 2020 se han matriculado en la provincia de Burgos un total de 4.018 turismos y todoterrenos, frente a los 5.901 matriculados en 2019. De esta forma, la tendencia en Burgos es prácticamente idéntica a la registrada en el conjunto del territorio nacional, donde el volumen de matriculaciones ha caído un 32,3% en el último año.

En este sentido, cabe destacar que el impacto sobre las ventas ha sido muy similar en los dos principales canales. Así durante los últimos doce meses se han registrado en Burgos 2.622 ventas a particulares, lo que supone una reducción del 29,33%, mientras que en el canal de venta a empresas se han contabilizado 1.366 matriculaciones, un 36,44% menos. Por su parte, el canal de ventas para alquiler ha cerrado el año con 30 matriculaciones, lo que supone también un descenso del 28,57%.

En definitiva, la pandemia ha supuesto «un porrazo» para el sector, tal y como afirma el presidente de la patronal de los concesionarios burgaleses, Carlos Arce. «Ha sido un impacto menor al que quizá se preveía en abril o mayo, pero aún así estamos hablando de una caída de un tercio de las ventas», un escenario nunca antes visto.

Sólo se salva del desplome general el ámbito de las motorizaciones alternativas (eléctricos, híbridos y gas), que ha incrementado sus ventas hasta alcanzar las 960 unidades en la provincia (un 10,22% más). De hecho, este sector ya supone un 23,89% de la cuota de mercado, cuando su peso hace apenas un par de años era meramente testimonial.

Sin embargo, el incremento de las matriculaciones de vehículos de motorizaciones alternativas no compensa el desplome sufrido en las ventas de gasolina (2.073 unidades, un 41,74% menos) y diésel (985 unidades, un 33,08% menos), sin duda, el sector más golpeado en los últimos años.

A este respecto, Arce lamenta la falta de eficacia del Plan Moves, que sólo ha movilizado un 15% del presupuesto consignado inicialmente para ayudar a la adquisición de vehículos eléctricos. «Está claro que no está funcionando», sentencia el presidente de la patronal burgalesa al tiempo que recuerda que «España tiene uno de los parques de vehículos más antiguo de la Unión Europea».

En todo caso, el resultado del año ha sido nefasto, y la vista está puesta ahora en la evolución del mercado de cara a 2021. Una evolución que dependerá directamente de cómo se comporte la pandemia de la covid-19. «Si la vacunación funciona y se vuelve poco a poco a la normalidad, podríamos ver un repunte de las ventas», ya que se estima que hay una gran demanda retenida. Eso sí, «todavía hay muchísimas incertidumbres» y el incremento impositivo que acaba de entrar en vigor con el nuevo año «no ayuda». Es más, parte del buen resultado del mes de diciembre, en el que se han igualado las ventas respecto al mismo periodo de 2019 (591 unidades), viene justificado precisamente por la entrada en vigor en enero de la subida del impuesto de matriculación.

Además, por muy fuerte que sea ese hipotético repunte de las ventas en 2021, «no compensará» el desplome sufrido en 2020 en un sector como el de la automoción que, según recuerda Arce, «es estratégico en España».