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Zigor Aldama
Martes, 23 de febrero 2021, 16:27
La pandemia del coronavirus está acelerando el inexorable giro hacia Oriente del orden mundial. Lastrada por los confinamientos y la interminable adopción de restricciones para contener la crisis sanitaria, la economía global depende cada vez más de Asia, que recoge ahora los frutos de ... su ejemplarizante gestión de la Covid-19. Es así sobre todo en China que ha marcado dos importantes hitos en los últimos días: la semana pasada, Eurostat confirmó que, por primera vez en la historia, en 2020 el gigante asiático sustituyó a Estados Unidos como principal socio comercial de bienes de la Unión Europea -586.000 millones de euros frente a 555.000 millones-, y hoy ha sucedido exactamente lo mismo con India.
En el Viejo Continente, esta situación es fruto de una drástica caída del 10% en el comercio exterior con la superpotencia americana -un 8,2% menos en las exportaciones y un 13,2% en las importaciones- sumada al crecimiento experimentado en las relaciones con China -un 2,2% más en las exportaciones y un 5,6% en las importaciones-. Es una coyuntura que favorece el superávit chino -creció un 9,9% con la UE- y que demuestra su preponderancia como la principal base manufacturera del mundo.
Algo similar sucedió el año pasado en India. El comercio bilateral alcanzó los 77.700 millones de dólares, mientras que el compartido por el país de mayoría hindú y Estados Unidos quedó en 75.900 millones, según datos provisionales ofrecidos por el Ministerio de Comercio de India. Es un salto importante porque, aunque son potencias vecinas, siempre han mantenido unas relaciones tensas y pocos lazos de interdependencia. Ahora, no obstante, Delhi importa desde el país comunista bienes por valor de 58.700 millones de dólares, más que la suma de los dos siguientes socios comerciales, Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos. Eso sí, la balanza comercial está muy escorada hacia China, porque India solo le vendió productos por valor de 19.000 millones.
En cualquier caso, a China todavía le queda un trecho para convertirse en el primer socio comercial a secas de la Unión Europea, porque solo se ha colgado la medalla de oro en lo relacionado con los bienes materiales, no con los servicios. Y, como recoge 'Politico', en los nueve primeros meses de 2020 el comercio de ellos entre la UE y Estados Unidos fue de 296.300 millones de euros, cinco veces más que con China. En gran medida, eso se debe a la menor integración social y empresarial entre ambos territorios, y a barreras como el idioma o la censura que dificultan esta parte del comercio.
Las cosas, sin embargo, podrían cambiar ligeramente si se ratifica el Acuerdo de Inversiones firmado por Pekín y Bruselas el pasado mes de diciembre. Además, también es significativo el incremento del valor de las exportaciones chinas, reflejo de la transformación industrial impulsada por el Partido Comunista para subir peldaños en la escala de valor.
A pesar de ello, algunos analistas no prevén que la estrecha relación socioeconómica entre la UE y Estados Unidos se resquebraje. «El crecimiento del comercio con China refleja más un incremento en las importaciones de la UE que un aumento de las exportaciones europeas como consecuencia de la recuperación china. Así, la estructura de las relaciones comerciales se mantiene más o menos igual, y la importancia de Estados Unidos como socio no se ha erosionado significativamente», analizó Nick Marro, responsable de Comercio Global en el Economist Intelligence Unit, en declaraciones al South China Morning Post.
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