La vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño, ha querido calmar los posibles temores entre los inversores internacionales tras la formación del Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos, y las medidas que pueda tomar en el ámbito económico. Lo ha hecho ... para aclarar, por ejemplo, una de las mayores controversias: la derogación de la reforma laboral de 2013. Calviño ha puntualizado que se suprimirán o cambiarán solamente «los aspecto más lesivos» de esa legislación y que, en su caso, llegan a suponer «un abuso» para los trabajadores, como la normativa que permite los despidos por absentismo y bajas laborales respaldadas por el Tribunal Constitucional.
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Sin embargo, la responsable del área económica del Ejecutivo de Pedro Sánchez no ha hecho una defensa del 'borrón y cuenta nueva' que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, sí respalda para derogar la norma laboral. Ante un foro repleto de inversores internacionales, en el marco del Spain Investors Day, y dirigiéndose al auditorio en inglés, Calviño ha incidido en que la «prioridad» es seguir creando empleo y manteniendo el diálogo con los sindicatos, la patronal y el conjunto de los grupos parlamentarios presentes en el Congreso. De paso, ha despejado la duda de si la actuación gubernamental será unilateral o, como ha indicado, intentará ser consensuada con los agentes sociales.
Además, ha insistido en seguir desarrollando las «reformas estructurales» que el Gobierno ha realizado en los meses de su primera legislatura. En el discurso, ha inyectado una dosis de templanza, consciente de las miradas de los grandes fondos mundiales y empresarios de otros países, al afirmar que España priorizará «la disciplina fiscal» acordada con la Unión Europea y llevará a cabo «una política económica coherente y moderada» para mitigar la desaceleración del país.
Calviño, que ha sustituido a última hora a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en ese foro, al que la ministra económica no pudo acudir el martes por la celebración del Consejo Extraordinario de Ministros, ha insistido en que el país «puede demostrar con una clara agenda de reformas estructurales como la que propone nuestro Gobierno que dos más dos sumen mucho más de cuatro». De hecho, ha recordado que el crecimiento del PIB en España se encuentra por encima del de otras muchas potencias europeas, que la economía sigue creando puestos de trabajo, que la inflación está controlada y que ninguna medida ha atacado la productividad y la competitividad del país.
En cualquier caso, ha recordado que uno de sus objetivos es atajar los bajos niveles de productividad en España, al mismo tiempo que se reduzca la desigualdad, de forma que el crecimiento económico «llegue a todos los ciudadanos». La cuestión, para la ministra, es encontrar el balance entre la creación de empleo, que este año prevé aumentar en 300.000 nuevos puestos de trabajo, la calidad del mismo y la reducción de la desigualdad.
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