Calviño admite que la guerra «ralentiza la recuperación, pero no la pone en riesgo»

La responsable de las políticas económicas del Gobierno fue este jueves la protagonista en 'La Conversación', evento que conmemora el 50 aniversario de Colpisa, en un acto que tuvo lugar en el CaixaForum de Madrid, con la colaboración de Fundación 'la Caixa' y el patrocinio de Cepsa. Calviño asumió «un impacto negativo», aunque a renglón seguido indicó que el objetivo es «que no descarrile esta recuperación que estaba siendo muy intensa». Apenas unas horas después de que el Banco Central Europeo (BCE) rebajara sus expectativas para la zona euro para 2022, la vicepresidenta recordó que España «siempre aparece como uno de los motores del crecimiento europeo». Y anticipó que el Gobierno ya trabaja en el nuevo escenario macroeconómico, que será presentado ante Bruselas en abril y que servirá para la elaboración de los Presupuestos de 2023. «La previsión es que la recuperación seguirá adelante», zanjó.

Durante el encuentro, Calviño recordó que, ante una primera ronda de impactos económicos, España no se ve tan perjudicada por la guerra como otros países europeos al no depender energéticamente ni en el peso de las importaciones, tampoco por cercanía. Aunque sí advirtió de la necesidad de «amortiguar» los llamados efectos «de segunda ronda» sobre la situación de las empresas y la estabilidad financiera. «Hay que evitar que esto pueda tener más calado», dijo.

Entre esas consecuencias económicas, la más palpable, casi desde el día en el que el presidente ruso, Vladímir Putin, inició la invasión de Ucrania, se encuentra en el precio de la energía. La vicepresidenta aclaró que será «en unas semanas» cuando el Gobierno pueda tomar una decisión definitiva sobre cómo acotar la vinculación que tiene el precio del gas de los mercados internacionales en la factura de la luz de hogares y empresas en España. Aunque, al mismo tiempo, asume que los procedimientos son «complejos» en el seno de la Comisión Europea, donde se va a decidir por dónde irá esa actuación. Entre este jueves y viernes se celebra un Consejo Europeo informal, con todos los presidentes de los 27 Estados miembro; y a finales de mes será el oficial. En cualquier caso, recordó que España ha insistido desde el pasado verano en desacoplar la cotización gasista de la luz. «Cada día supone un coste adicional para los consumidores españoles», afirmó. «Esta situación no es sostenible en el tiempo. No es razonable que ciudadanos y empresas españolas paguen una electricidad más cara porque estamos sometidos al chantaje energético de Putin. Hay que cortar ese cordón y desacoplarlo de nuestra propia economía», insistió.

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En cualquier caso, Calviño apuntó que «ha habido y va a haber medidas» en materia energética a pesar de que esta alza de precios «es un fenómeno internacional que afecta a toda Europa». «Los precios en los mercados internacionales no están bajo nuestro control y tenemos que amortiguarlos al máximo», indicó. Para ello, explicó algunos de los planes puestos ya en marcha, como la reducción de los cargos eléctricos en un 80% para la industria electrointensiva. También mostró su preocupación por la espiral inflacionista, aunque aclaró que «más que el dato de la inflación, me preocupa la causa subyacente», para referirse al comportamiento del gas en los mercados internacionales.

La vicepresidenta reconoció el cambio absoluto que ha experimentado la economía al tiempo que advirtió sobre la necesidad de acostumbrarse a la incertidumbre como la provocada por el coronavirus o la guerra. «Cuando llegamos al Gobierno, todos estábamos pendientes de Cataluña y pensábamos que ese problema era el que iba a centrar nuestra actuación», indicó.

La ministra se mostró confiada en lograr un pacto de rentas con los agentes sociales que «evite una espiral inflacionista que pueda tener un impacto más negativo» en la economía y, por consiguiente, afecte de lleno a las familias. «Por supuesto que lo veo factible», precisó. Apostó tanto por una moderación en el ámbito salarial como por una contención en los beneficios empresariales. «Uno no puede abogar por una moderación en el ámbito salarial si no hay un comportamiento similar por parte de las empresas», admitió.

Calviño destacó que en la primera reunión que mantuvo el pasado lunes el Gobierno con los sindicatos y la patronal vio «una actitud de enorme responsabilidad, solidaridad y comprensión» y manifestó su confianza en lograr un nuevo acuerdo tal y como sucedió en la reforma laboral. «Confío en que podamos encontrar esa senda que sea la buena en este país. Vamos a ver cómo se van encontrando esos equilibrios necesarios», concluyó de cara a esa negociación.