Los principales sindicatos ya han ratificado el acuerdo adoptado en la mesa de negociación que pone fin a una huelga indefinida de las empresas del metal en Cádiz que ha hecho saltar todas las alarmas en el país. La tranquilidad ya es una realidad ... en las calles gaditanas después de jornadas de enfrentamientos pero, aunque el capítulo se puede dar por cerrado, aún se respira una calma tensa debido a que los problemas de fondo siguen muy presentes.
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Los representantes de los trabajadores han conseguido un acuerdo mucho mejor que el primero planteado por la Federación de Empresarios del Metal de Cádiz (Femca), que implicaba aumentar los salarios un 0,5% en 2021 y un 1% en 2022 y 2023. Lo negociado pasa por un 2% fijo durante los próximos tres años, con un aumento del 80% de lo que supere el propio IPC sobre esos dos puntos cuando se conozca en enero. Lo que cumple casi la totalidad de las demandas expuestas.
El mismo beneficiará a unos 25.000 trabajadores que forman parte de la industria auxiliar que emplea a más de 33.000 en la provincia, según los datos del informe Mapa Sectorial del Sector del Metal en España. Esto se debe a que el convenio afecta a las medianas empresas que provienen a gigantes como Navantia, Dragados o Airbus, que cuentan con sus propios acuerdos. Las mismas suelen ser las que se han llevado la peor parte de un proceso de regresión de una industria que en la bahía representa un soporte importante para un territorio golpeado por el desempleo.
José Manuel Tejada, secretario de desarrollo industrial de CC OO en Andalucía, explica que ese es el verdadero problema de fondo. «El modelo económico se basa en actividades que generan poco valor añadido y, por tanto, peores sueldos y condiciones de vida», remarca Tejada, que indica que por ello se pone tanto en valor una industria que responde mucho mejor. Pero el representante del sindicato también admite que estas empresas han dejado de estar a la vanguardia y se han degradado conforme han pasado los años con deslocalizaciones y recortes que la han dejado muy dependiente de toda la cartera de defensa.
Los problemas estructurales han contribuido a la oposición de sindicatos como la CTM y CGT, que exigen más mejoras. Las mismas plantillas temen que este haya sido solo un capítulo más y que en el futuro una situación similar vuelva a producirse porque el problema de fondo no está arreglado.
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Reyes Maroto, ministra de Industria, quiso destacar el papel del Gobierno en el acuerdo alcanzado por sindicatos y patronales del sector del metal en Cádiz, lamentando frente a ello que la Junta de Andalucía haya estado «muy ausente». Así, quiso mostrar su satisfacción.
Por otro lado, en el marco de la reindustrialización de las plantas de Nissan en Barcelona, afirmó se encuentra analizando con la empresa china Great Wall Motors (GWM) los términos del proyecto de inversión y de las ayudas públicas que podría recibir. Este será el nuevo frente industrial del Gobierno.
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