Cómo calentarse sin dejarse un euro

Con los termómetros congelando a media España, y temperaturas que bajan de los 0 grados en muchas comunidades autónomas, calentar las casas se convierte en una experiencia en la que es necesario aunar una sensación térmica acogedora junto a una factura eléctrica asequible. Ese es el reto al que se enfrentan muchas familias ahora que está a punto de cumplirse un año de la invasión rusa de Ucrania. A partir de aquel momento, los costes eléctricos se dispararon.

Pero un uso adecuado de cada aparato (brasero, bomba de calor, calefacción, etc.) le permitirá ahorrarse un buen pellizco. Sobre todo, porque cada electrodoméstico esconde más de una sorpresa. Las diferencias son casi abismales. El uso de un aparato concreto puede conllevar un gasto de entre 80 y hasta 300 euros. Si multiplicamos estos precios medios por los cinco meses de frío, las diferencias en el gasto por hogar pueden llegar a ser de hasta 1.000 euros en función de aparato utilizado.

Por norma general, cualquier electrodoméstico móvil que nos sirva para calentar una estancia (habitación, baño, comedor) será bastante más caro que cualquiera del resto de opciones. Aunque pueda parecer lo contrario, un radiador eléctrico con resistencia, uno de aceite o un brasero eléctrico gastan mucha más luz de lo que muchos usuarios creían.

En el segundo puesto de este ranking invernal se encuentran las instalaciones que utilizan gasóleo o gas natural. La primera opción es más cara, debido al incremento que ha sufrido esta materia prima en los mercados internacionales en los últimos meses.

Y en el caso del gas natural, aunque confortable, las tarifas también se han incrementado de forma considerable en el último año. Hay que tener en cuenta que tras la limitación de las subidas de la tarifa regulada (TUR) por parte del Gobierno, esta opción es más económica que cualquiera de las tarifas de gas del mercado libre.

Una opción cada vez más valorada por los usuarios son las estufas de pellet, una materia prima que, aunque su coste ha aumentado, resulta bastante más eficiente que otras opciones.

El aparato habitualmente más desconocido en cuanto a su eficiencia/coste son las bombas de calor, una opción que permite dar aire caliente en invierno y frío en verano, y cuyo gasto de luz es de los más bajos posibles, aunque es verdad que la inversión que se ha de realizar para su instalación (entre 400 y 700 euros, dependiendo de la modalidad) retrae a muchos consumidores.

Es prácticamente lo que ocurre con las nuevas tecnologías para calentar la casa, como la geotermia. Se trata de una fuente energética que aprovecha el calor del subsuelo para producir agua caliente, calefacción y climatización. Su instalación es costosa, aunque el consumo mensual es prácticamente mínimo.

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