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Un grupo de españoles llega al aeropuerto de Barajas desde La India. EFE
Bruselas considera innecesario exigir la cuarentena en los viajes dentro de la UE

Bruselas considera innecesario exigir la cuarentena en los viajes dentro de la UE

Defiende la lógica de que los corredores turísticos se abrirán entre países o regiones con similar declive epidemiológico y garantías de protección

salvador arroyo

Corresponsal. Bruselas

Miércoles, 13 de mayo 2020, 18:53

El plan de turismo y transporte que Bruselas presentó este miércoles para conducir a los Estados en el proceso hacia la reapertura gradual de fronteras plantea la necesidad de una acción «coordinada, concertada y no discriminatoria». Se trata de una guía de recomendaciones, ... sin cronograma concreto, supeditada a las garantías sanitarias, y con una lógica que choca con el último y controvertido paso dado por España, imponer la cuarentena a todos los ciudadanos (nacionales o no) que entren en el país a partir de este viernes y mientras dure el estado de alarma. La decisión es soberana y el Ejecutivo comunitario se cuida mucho de cuestionarla explícitamente. Pero no le gusta. «No sería necesaria» si los flujos se reabren entre Estados o regiones en las que existe el mismo declive pandémico y las mismas garantías de protección, explicó la comisaria de Salud, Stella Kyriakides

Una forma suave de deslizar la crítica que, ya el martes, de manera extraoficial otras fuentes comunitarias, planteaban con mayor claridad: «Cuando las medidas de confinamiento, de aislamiento social, adoptadas en los países de origen son las mismas o similares no tiene sentido implementar cuarentenas». La cuestión es que la decisión de España, potencia turística mundial (el sector aporta más del 14% a su PIB), ha pillado a contrapié a Bruselas, que no recomienda el aislamiento generalizado entre viajeros del espacio Schengen, más aún si se cierran corredores turísticos seguros. Así que apela a la «progresividad y flexibilidad» para ir restableciendo una cierta normalidad.

El objetivo de su estrategia: salvar al menos en parte, la temporada alta. Salvar el verano. La referencia, si nada se tuerce, sería un levantamiento de barreras hacia mediados o finales de junio. Y para llegar ahí, tres fases, de la 'cero' actual que prioriza el movimiento de mercancías, de determinados profesionales y de trabajadores transfronterizos, a una 'dos' sin restricciones, aunque respetando el distanciamiento social y con protocolos de seguridad en los viajes comerciales y los hoteles. Los criterios para activar los flujos: la baja incidencia de la enfermedad, la capacidad de respuesta de la red sanitaria, el rastreo de contagios y la monitorización en tiempo real de la evolución de la pandemia.

«Este no va a ser un verano como los demás, de ningún modo», sentenciaba la vicepresidenta Margrethe Vestager. Habrá «un merecido descanso», pero condicionado marcado por la crisis pandémica. La prioridad la tendrán las zonas en las que el virus esté controlado (con descensos significativos y estables). Será el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades el encargado de elaborar un mapa de actualización continúa con la información aportada por los Estados.

Sin asientos libres en el avión

En el proyecto llama la atención la ausencia de pautas concretas para el sector de la aviación. Nada de dejar asientos vacíos entre pasajeros. Nada de controles de temperatura previos al embarque o de pruebas PCR días antes de iniciar el viaje. Al sector se le aconseja eso sí una revisión «de la efectividad de medidas» con regularidad. También reforzar los sistemas de ventilación y la renovación continua del aire interior, de «evitar concentración de pasajeros, limitar la interacción a bordo, menos equipaje en cabina, asignación adecuada de asientos en función de limitaciones técnicas y de priorizar documentos y medios de pago electrónicos». Pasajeros, tripulación, personal aeroportuario... todos con mascarilla.

Bruselas protege, eso sí, el reembolso del dinero de los billetes por cancelaciones. «Los consumidores europeos tienen ese derecho si lo piden, punto», subrayo Vestaguer. Seducirles para que no lo hagan es trabajo de aerolíneas y touroperadores, a los que se emplaza a proponer 'vouchers' (bonos de canje) flexibles, con servicios complementarios que hagan más atractiva la oferta y de amplia validez (hasta un año)

Medidas que podrían reforzarían con avales públicos que garanticen al cliente que no perderá el dinero, incluso si el emisor se precipitara hacia la insolvencia. Un mensaje que desautoriza la pretensión de varios países europeos, entre ellos España, que el 30 de abril instaron la Comisión a suspender temporalmente el derecho al reintegro completo del importe de los billetes para aliviar al sector.

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