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olatz hernández
Martes, 25 de octubre 2022, 10:58
La ampliación de la excepción ibérica permitiría ahorrar 13.000 millones a los países europeos. Así se recoge en el documento que ha enviado la Comisión Europea a los Veintisiete, en el marco de las negociaciones para frenar el precio del gas y que continúa ... este martes con la reunión de ministros de Energía de la Unión Europea (UE). Bruselas plantea que el modelo que funciona en España y Portugal, con un tope de entre 100 y 120 euros el megavatio hora (MWh) en el gas utilizado para generar electricidad hará que los Estados miembro ahorren 13.000 millones de euros.
El objetivo del documento de trabajo de la Comisión Europea entra a valorar los beneficios y riesgos que podría tener extender el modelo ibérico. Aunque una amplia mayoría de países se muestra a favor de esta medida, aquellos en los que el gas tiene un mayor peso en su mix energético se muestran reacios. En un principio, limitar los precios del gas usado para generar electricidad frenaría la escalada de la inflación y reduciría la factura de los consumidores. Sin embargo, esto podría provocar también un aumento de consumo de gas en el bloque.
Desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania, la UE ha defendido que uno de los pilares para acabar con la dependencia del gas ruso consiste en reducir el consumo de gas. De hecho, los líderes europeos han acordado un ahorro energético del 10% y de un 5% en las horas pico, aquellas en las que el gas entra en el mercado eléctrico.
Fijar un precio tope también supone un riesgo de cara al mercado, ya que los exportadores de gas podrían decantarse por suministrar gas a otros países en vez de a la UE. Por ello, Bruselas plantea establecer un precio máximo «los suficientemente alto para que sea atractivo», un tope que se encontraría entre los 100 y 120 euros MWh, muy por encima de los 60 que marca la excepción ibérica.
La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica española, Teresa Ribera, ha anticipado que el debate con el resto de ministros de la UE «será intenso». Con todo, ha apuntado «lo relevante que es desacoplar los precios de la electricidad del gas», sobre todo de cara a la primavera, cuando su coste volverá a subir. «Ahora los almacenes están llenos y el coste ha bajado, pero el próximo invierno llegará y debemos actuar», ha destacado.
Existe además un grupo de países descontentos con la falta de propuestas concretas de Bruselas para frenar el precio del gas. Entre ellos, los quince estados -incluida España- que pidieron imponer un tope a todo el gas importado a la UE, independientemente de su país de origen. Hasta el momento, Países Bajos y Alemania han frenado cualquier medida de este tipo, por miedo a quedarse sin suministro energético. En la cumbre de líderes de la pasada semana, sin embargo, el primer ministro holandés, Mark Rutte, abrió la puerta a negociar un tope al gas, lo que convierte a Berlín en el último escollo a superar para lograr la unanimidad.
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