Borrar
José Antonio Herce
Se barrunta una reforma de las pensiones

Se barrunta una reforma de las pensiones

José Antonio Herce

Domingo, 6 de junio 2021, 00:42

El titular no es irónico, lo juro. Es lo primero que me viene a la mente cuando reparo en que nada más aprobar la reforma de las pensiones en 2013, ya se empezó a hablar de una nueva reforma. Y no solo porque una parte ... del espectro político abominaba de las medidas que entonces se adoptaron, sino porque las perspectivas futuras seguían sin ser buenas para un sistema público de pensiones que trataba de resolver muchos problemas a la vez con recursos menguantes dado su método de obtenerlos, el reparto de cotizaciones.

Hoy, y pasado más de medio año desde que la Comisión del Pacto de Toledo y el Congreso aprobasen, cada uno en su momento, la serie de recomendaciones más contradictoria que se recuerda, en mi opinión, para afrontar la reforma que todos pedían, nos encontramos con que, quizá en los próximos días, la Mesa del Diálogo Social apruebe los textos que establecerán el sistema de revalorización de las pensiones públicas y el conjunto de penalizaciones y bonificaciones para, respectivamente, el adelanto y la demora de la jubilación.

Junto a estas dos medidas que reciben el nombre de «Paquete 1», se adoptará verosímilmente, la enésima suspensión del ya popularmente odiado Factor de Sostenibilidad, es decir, una no-medida.

La revalorización, al parecer, será con la inflación del ejercicio precedente. Del «IPC real» pasamos a lo de toda la vida. Pero resulta que a pesar de que, según el INE, desde 2009 hasta 2020, la inflación (no el IPC, por favor) fue negativa en cinco ejercicios, incluido el año precedente, la revalorización pactada no va a ser simétrica. Adivinen cuándo se aplicará y cuándo no. Exacto, lo que piensan. La simetría es una hermosa propiedad que en esta ocasión hemos dejado de lado.

Los incentivos (positivos y negativos) a jubilarse después o antes de la edad a la jubilación se están recibiendo como si fuesen una novedad, pero lo cierto es que existen desde hace muchos años. Este es el problema. Que cada década que pasa la esperanza de vida aumenta en más de dos años y lo que en su época podía rozar la medida actuarialmente justa (que nunca pasa eso), hoy se queda muy corto. De forma que jubilarse anticipadamente sale cada año más barato y demorar la jubilación sale cada año más caro si los castigos y los premios no se actualizan. Ya toca. Pero veremos las excepciones o los recargos, que el Diálogo Social es mucho Diálogo y más Social todavía.

Y esto es todo lo que se barrunta. Recuerden que ya se han adoptado en la Ley Presupuestaria de 2021 las medidas de los «gastos impropios» y, más interesante aún, las de los «ingresos impropios», que esta vez se los apropia el INSS a costa del SEPE, en un oportuno ejercicio de consolidación contable. Todo para acabar concluyendo que el «déficit de las pensiones» no existe. Como si no hubiera un mañana.

El «Paquete 2» de la reforma que se barrunta, que incluiría el nuevo mecanismo de cotización de los autónomos, el nuevo Factor de Equidad Generacional y quién sabe si algo sobre el «destope» de las bases de cotización, las pensiones de viudedad o la posible elección de los mejores años de cotización para acabar de digerir los 25 años que pintarán en 2022 en el Periodo de Cómputo, estaría sobre la mesa en breve. Pero más vale no hacer apuestas.

Atrás queda un rastro de medidas que nunca (read not my lips) se adoptarán, como la extensión del Periodo de Cómputo a los 35 años, que yace repudiado por sus padres adoptivos, o la Escala de los Trece Tramos de cotización, por «ingresos reales» de los autónomos.

Creo que todo esto a Bruselas no le interesa mucho. Es el caso que el Gobierno ha tenido que someter un amplio plan de reformas que, entre sus muchas medidas, incluye un conjunto de ellas, a cuál más genérica, cuyo nombre clave es «Componente 30». A Bruselas, lo único que le interesa es que los Estados miembro del euro no aumenten su deuda.

Nunca entenderé que los medios españoles apunten a Bruselas, como si fuera el chivo expiatorio de las reformas de las pensiones. Más nos vale que la deuda no aumente como consecuencia de reformas que, gastando tanta energía como nos cuestan, son incapaces de estabilizar el sistema. Lo malo de esto es que la restricción de la deuda, cuando se reinstaure, nos impedirá dedicar recursos a sacar nuestra economía del estancamiento de la productividad en el que estamos.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

burgosconecta Se barrunta una reforma de las pensiones