Unicaja y Liberbank descartan una fusión tras el fracaso de hace un año

La entidad no se salió de ese discurso ni una coma, ni siquiera ante la insistencia que ha mostrado recientemente el Banco de España para que la banca de tamaño mediano remote el proceso de integración que aún no da por concluido. «No nos vemos presionados para realizar ninguna operación corporativa», apuntó Pablo González. Porque, según afirmó, «el regulador no es responsable de estas operaciones, sino que lo son los consejos de administración».

La posición de Unicaja, que en su momento consideró la integración con Liberbank como la más óptima para los intereses de ambas firmas, es tan firme, por ahora, que incluso ha presentado un plan estratégico a tres años vista (2020-2022) en el que no se incluye la posibilidad de una fusión. En principio, el banco, que integra la antigua caja de ahorros malagueña junto a CEISS (antigua Caja España y Duero), recorrerá de forma autónoma su camino a medio plazo. En ese plan, se ha fijado un objetivo de crecimiento anual del beneficio neto del 10% durante los próximos tres años, y el del 'pay-out' -el porcentaje del beneficio que destinarán a dividendos- superior al 50%.

Según ha detallado la entidad, el citado plan estratégico se basa en cinco ejes de actuación, entre los que figuran el «crecimiento y diversificación de modelo de negocio con foco en el cliente y la rentabilidad»; la «mejora de la eficiencia, de procesos y sistemas, acelerando la digitalización», y la «gestión prudente y ágil de riesgos». En la práctica, supondrá, por ejemplo, el ajuste de las oficinas en zonas rurales, aunque evitará el abandono financiero; el impulso a las oficinas urbanas, que en una parte serán más grandes y especializadas; y la focalización en los territorios históricos donde son líderes, dentro de Andalucía y Castilla y León.

Unicaja Banco obtuvo en 2019 un beneficio neto de 172 millones de euros, el 12,9 % más que en el ejercicio anterior, un resultado fundamentado en el aumento del margen bruto, en la mejora de la aportación del negocio inmobiliario y en una disminución de los gastos de explotación. El grupo dedicó el año pasado unos 230 millones de euros a la constitución de provisiones destinadas a la mejora de la rentabilidad futura dentro del nuevo plan estratégico. Sus acciones caen un 1% a estas horas en la Bolsa.

En el caso de Liberbank, tampoco tiene sobre la mesa ningún plan para fusionarse ni comprar otra entidad, aunque sigue atento, como siempre, a las oportunidades que puedan surgir, siempre y cuando creen valor para el accionista. Es la postura de la entidad, mostrada ayer por su consejero delegado, Manuel Menéndez, tras el fracaso de integración con Unicaja y la OPA frustrada de Abanca.

Menéndez pronunció estas palabras durante la presentación de resultados de 2019. El año pasado, Liberbank ganó 111 millones de euros, un 0,6% más que en el ejercicio anterior en un entorno de tipos mínimos, al no haber registrado ninguna partida extraordinaria y gracias al «dinamismo comercial de la actividad puramente bancaria»: créditos y depósitos.

«Seguimos trabajando para crear un banco rentable y sólido», apuntó ayer Menéndez. Sobre la venta a Helvetia de una parte de su participación en la aseguradora Caser, que ha quedado reducida al 9,99%, el ejecutivo explicó que el impacto en el capital regulatorio del banco aún no se ha notado, porque la operación no estará cerrada al menos hasta mediados de año.

El grupo seguirá con su plan de recompra de acciones, por un 2,04% de su capital para darle valor al accionista. Sus títulos avanzan un 0,7% a estas ahoras en Bolsa.