El consejero delegado del Banco Santander, José Antonio Álvarez, ha defendido la retribución que perciben los banqueros en España tras las críticas de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, quien ha calificado de «inaceptables» esos sueldos en medio de un proceso generalizado de despidos ... en el sector. El ejecutivo ha aclarado que los sueldos de la banca son los más regulados que conoce al estar sometidos a las directivas europeas, entre otras características propias de sus retribuciones.
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Álvarez ha querido referirse así a las palabras de Calviño, quien considera que estos sueldos no se corresponden con la situación económica del país. El consejero delegado del Santander ha incidido en la desventaja que tiene su entidad en los mercados no europeos en los que opera, donde no tienen por qué diferir el cobro del bonus hasta en cinco años, como sí ocurre en Europa. «Son un tema europeo que tenemos que aplicar en México, Brasil o Estados Unidos, donde nuestros competidores no tienen que hacerlo, y esto nos crea algún problema», ha apuntado.
También ha señalado que las entidades bancarias cuentan con un comité de remuneraciones, una gobernanza «fuerte» y las propuestas de retribuciones se someten a la aprobación de las juntas generales de accionistas. «Al final, los sueldos los acaban estableciendo los órganos de gobierno y teniendo en cuenta lo que dice el mercado. Si son altos o bajos también depende de lo que dice la industria», ha apuntado Álvarez. La presidenta del Santander, Ana Botín, percibió casi siete millones de euros en 2020, un 31% menos, y el propio Álvarez, 3,4 millones, un 50% inferior a la retribución de 2019. Lo hicieron tras renunciar a la mitad de la parte fija y variable como consecuencia de la crisis.
Álvarez ha realizado estas declaraciones en la rueda de prensa en la que Banco Santander ha presentado sus resultados del primer trimestre. Entre enero y marzo la corporación obtuvo un beneficio atribuido de 1.608 millones de euros, un 386% superior al resultado de 331 millones del mismo periodo del año anterior, en el que se registró una provisión de 1.600 millones de euros a causa de la pandemia. Sin embargo, el banco registró en el primer trimestre de este año un cargo neto por valor de 530 millones de euros correspondiente a los costes de reestructuración previstos para el conjunto del año, principalmente en Reino Unido y Portugal.
Sin ese cargo, el beneficio ordinario en el primer trimestre del año fue de 2.138 millones de euros, un 50% más que en el último trimestre de 2020 y que compara con los 377 millones de euros del mismo periodo del año anterior. Este es el mayor beneficio ordinario de Santander desde el segundo trimestre de 2010. Las acciones del banco se han revalorizado casi un 3% este miércoles en la Bolsa.
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Además, el banco devengará el 40% del beneficio ordinario durante el año para destinarlo a dividendos cuando los supervisores lo permitan. Lo harán «ya sea mediante el pago de dividendos o mediante una recompra de acciones, y ha reiterado que el grupo no contempla participar en ningún proceso de fusión o adquisición, más allá de la oferta para recomprar todas las acciones de minoritarios de Santander México que no posee», ha explicado el consejero delegado.
Esta decisión queda pendiente de la autorización que tiene que realizar el Banco Central Europeo (BCE) a partir de septiembre, momento en el que podría abrir la puerta a que la banca recupere los dividendos ordinarios. En marzo del año pasado prohibió repartir dividendos, y para este año lo permite pero solo para los bancos que presenten buena evolución y limiten ese reparto al 15% de sus beneficios, como máximo.
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Para Ana Botín, quien se ha pronunciado sobre las cuentas trimestrales a través de un comunicado, «los resultados del primer trimestre muestran nuestra gran orientación al cliente y las ventajas de nuestra diversificación. Son buenos resultados en todas las regiones, destacando el fuerte crecimiento en Estados Unidos, Reino Unido y en banca corporativa y de inversión».
Botín ha resaltado que el éxito de la vacunación es clave para la recuperación económica. «Confiamos en alcanzar nuestros objetivos para 2021, con la mejora en la ratio de eficiencia, la reducción del coste del crédito y el aumento de la rentabilidad», ha señalado.
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El coste del crédito, es decir, lo que el banco provisiona en función de la pérdida esperada de la cartera, mejoró en 20 puntos básicos desde diciembre, hasta el 1,08%, gracias a las menores provisiones en el trimestre. Estas dotaciones se situaron en 1.992 millones de euros, un 43% menos que el primer trimestre del pasado año por aplicación de la normativa contable NIIF 9 (IFRS 9), que hace depender las provisiones de la mora esperada y las perspectivas económicas a largo plazo. Las provisiones acumuladas ascienden a 24.034 millones.
En España, el beneficio ordinario fue de 243 millones de euros en el primer trimestre, en comparación con los 90 millones de euros del mismo periodo del año anterior, gracias a unas menores provisiones (-29%) y la reducción de costes (-8%).
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Los ingresos se mantuvieron estables, con crecimiento del 10% en el margen de intereses, que se vio parcialmente compensados por los menores ingresos por comisiones (-9%) dada la menor actividad con motivo de la pandemia.
Al final del trimestre se detectó una recuperación de la actividad hasta niveles precovid, con la concesión en marzo de más de 700 millones de euros en hipotecas para particulares y más de 200 millones en consumo.
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