Sede del BCE en Fráncfort (Alemania). R. C.

El BCE levanta el veto al pago de dividendos con restricciones

Aconseja a la banca no remunerar a sus accionistas hasta septiembre de 2021, pero les permite hacerlo antes si el porcentaje sobre el beneficio no supera el 15%

Martes, 15 de diciembre 2020, 19:53

El Banco Central Europeo (BCE) ha tomado finalmente una decisión salomónica sobre la posibilidad de que los bancos puedan reanudar el reparto de dividendos entre sus accionistas el próximo año. Su consejo de supervisión ha autorizado a las entidades remunerar a los accionistas, aunque con ... importantes limitaciones: los que decidan hacerlo no podrán destinar más de un 15% de sus beneficios (el denominado como ratio 'payout') a pagar dividendos.

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La decisión supone recortar estos ingresos de los accionistas de los bancos, ya que estaban acostumbrados a 'payout' que en muchos casos llegaban a rozar hasta el 50%. La restricción se une a otra por la que el dividendo no puede superar el ratio de capital de máxima calidad sobre los activos ponderados por riesgo en 20 puntos básicos (CET1).

En realidad, la recomendación del BCE sigue siendo la de que los bancos sean «extremadamente prudentes» con los dividendos y la recompra de acciones. Por ello, les sigue recomendando no distribuirlos, o limitar dichas distribuciones, hasta el 30 de septiembre de 2021.

Sin embargo, al permitirlo con ciertas condiciones, abre la puerta a que al menos algunas de las entidades españolas puedan autorizarlo en sus próximas juntas de accionistas, después de que el pasado 27 de marzo el BCE lo prohibiera, una medida que prolongó en pleno mes de julio por la crisis del coronavirus. En aquel momento, varias entidades (BBVA, Sabadell y Bankinter) ya habían anunciado o incluso distribuido su dividendo ordinario correspondiente a 2019. Otras, como Santander, CaixaBank o Bankia, se vieron obligadas a suspenderlo.

Aunque en la mayoría de los casos, sus ejecutivos han mostrado su intención de recuperarlos en cuanto el BCE lo autorizara. En su última junta extraordinaria de octubre, la presidenta de Santander, Ana Botín, defendió retomarlos porque «debe entenderse como medida extraordinaria para cumplir con los accionistas, en particular los minoristas». Por su parte, el consejero delegado de BBVA, Onur Genç, confiaba en los indicios sobre una decisión favorable del supervisor a partir de la cual mostraba su disposición a repartir dividendos cuando el BCE lo permitiera.

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El banco central reonoce que «la incertidumbre persistente sobre el impacto económico de la pandemia». Por eso, apunta que «los bancos que pretendan pagar dividendos o recomprar acciones deben ser rentables y tener trayectorias de capital sólidas».

La recomendación anterior de suspensión temporal de todos los dividendos en efectivo y recompras de acciones de marzo y julio «reflejaba las circunstancias excepcionales y desafiantes a las que se enfrentó la economía europea en 2020», según la institución presidida por Christine Lagarde. Al revisar ahora esta recomendación, el BCE reconoce «la menor incertidumbre en las proyecciones macroeconómicas». A pesar de «los desafíos en curso», las previsiones revisadas se acercan al escenario central utilizado en el análisis de vulnerabilidad realizado por el BCE en el primer semestre del año, que confirmó la «resistencia del sector bancario europeo».

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Sería a partir de septiembre de 2021, «en ausencia de desarrollos materialmente adversos», cuando el BCE tiene la intención de derogar la recomendación y volver a evaluar el capital de los bancos y los planes de distribución basados sobre el resultado del ciclo normal de supervisión.

En una carta remitida a los bancos, el BCE también les ha reiterado sus expectativas de que los bancos adopten una moderación extrema en la remuneración variable siguiendo el mismo cronograma previsto para dividendos y recompras de acciones (30 de septiembre de 2021). El supervisor evaluará de cerca las políticas de remuneración de los bancos, con un enfoque específico en su impacto en la capacidad de los bancos para mantener una base de capital sólida.

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