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El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional concedió este jueves el tercer grado al expresidente de Bankia Rodrigo Rato. Quien fuera también vicepresidente del Gobierno español durante los dos mandatos de José María Aznar, entre 1996 y 2004, cumplirá el resto de su ... condena en libertad, pero bajo control telemático.
Rato, que también fue director gerente del Fondo Monetario Internacional entre 2004 y 2007, cumplía con la justicia en la prisión de Soto del Real desde finales de octubre de 2018, después de ser condenado por el caso de las 'tarjetas black' de Caja Madrid, en concreto, por un delito continuado de apropiación indebida con una pena de cuatro años y medio de cárcel, de los que ha cumplido ya casi dos.
La decisión de la Audiencia Nacional tiene lugar dos días después de que (al igual que los otros 33 encausados) haya resultado absuelto en la causa abierta por la salida a Bolsa de Bankia y por la que se le acusaba del delito de estafa a los inversores y falsedad contable, por el que se le pedía una pena de hasta ocho años y medio de cárcel.
Precisamente, su absolución en el 'caso Bankia' «ha permitido», afirma el auto de concesión del tercer grado, «aclarar su situación penal-penitenciaria». «Si bien resulta razonable haber esperado a la conclusión y sentencia de dicho procedimiento al solicitar elevadas penas la Fiscalía por delitos de falsedad contable y estafa a inversores, actualmente este argumento ha decaído 'per se' al haber recaído sentencia absolutoria».
Aunque con esto no termina la historia judicial de Rodrigo Rato. Aún le espera una causa iniciada en abril de 2015: se le investiga por la presunta comisión de delitos contra Hacienda, blanqueo de capitales y corrupción en los negocios por las irregularidades que podría haber cometido a través de sus empresas. El auto por el que se le concede la libertad vigilada telemáticamente también toma esta cuestión en consideración y señala que ello no puede convertirse en una «losa que impida la actual clasificación penitenciaria».
Similar argumento utiliza el juez José Luis Castro cuando valora la posible «alarma social» ligada a esta decisión: el magistrado argumenta que «este criterio no puede mantenerse indefinidamente, máxime cuando el recluso ha venido disfrutando de permisos de salida sin incidencias».
El auto también recoge que el resto de condenados por las 'black' de Caja Madrid se encuentran ya disfrutando del tercer grado o de la libertad condicional. Bien es verdad que la pena a la que resultó condenado Rato fue mayor, lo que obligaba a un periodo más largo de observación y tratamiento.
A favor de la decisión del juez juega el hecho de que la propia Junta de Tratamiento del centro penitenciario de Soto del Real ha propuesto por mayoría la progresión del interno al tercer grado, al entender que está capacitado para seguir cumpliendo su condena en un régimen de semilibertad. Además, el magistrado se basa en los informes emitidos por los profesionales del equipo técnico de la prisión. El juez concluye que se dan las circunstancias y variables que le hacen merecedor a Rodrigo Rato del tercer grado, a lo que se une su avanzada edad (71 años), que le permitiría, cumpliendo los requisitos legales, obtener la libertad condicional por esta causa, a lo que hay que sumar las enfermedades coronarias que padece.
Entre los factores para la concesión del tercer grado, el juez destaca que el expresidente de Bankia ha venido disfrutando de permisos de salida sin incidencia negativa. Y, además, argumenta, que por su actividad profesional y su edad, se le atribuye «un pronóstico de reincidencia bajo».
El juez Castro también valora que el exvicepresidente del Gobierno haya asumido la responsabilidad económica derivada de su condena por el conocido como caso de las 'tarjetas black': Rato abonó tanto la multa como la responsabilidad civil directa y subsidiaria. De acuerdo con el auto, en el caso de los delitos económicos no basta a efectos de valorar el proceso de reinserción el buen comportamiento en prisión o durante el disfrute de los permisos, sino que debe producirse un «plus de exigencia» constatada en el efecto reparador del daño causado que, dice el juez, en este caso se ha cubierto íntegramente.
El auto también recoge que Rato, además de asumir responsabilidades pecuniarias, también «ha pedido perdón de forma voluntaria, pública y notoria antes de su inmediato ingreso en prisión». A su entrada al centro penitenciario, Rodrigo Rato declaró: «Pido perdón a la sociedad y a todas aquellas personas que se hayan podido sentir afectadas».
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