Francisco González cumple los 75 ante el juez

-¿Abandonó el banco de forma apresurada para evitar ser imputado como presidente?

La salida de González de la cúpula de BBVA se produjo por sorpresa a finales de septiembre de 2018. Insistirá ante el juez en que se fue para realizar una transición «ordenada y bien organizada» porque no tenía sentido «prolongar más este proceso de relevo, que podía hacer sufrir el proyecto del banco». Aunque en el trasfondo se encontraba la debilidad del grupo por las filtraciones de los supuestos espionajes.

-¿Cómo reaccionó cuando sacyr pretendió hacerse con BBVA?

Para Francisco González esa estapa estuvo plagada de «duros momentos» por los movimientos del presidente de Sacyr, Luis del Rivero. «Aguantamos, la presión», ha llegado a apuntar, sobre todo porque el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero no querría verle en la cúpula de la segunda entidad financiera española tras ser impulsado a ese cargo por José María Aznar, del PP, allá por el año 2000.

-¿Cómo era su relación con Luis del Rivero?

El constructor mostró las cartas en las que se visualizaba la intención de hacerse con una participación clave del banco con la que pudiera optar a la presidencia y varios puestos en el consejo en 2004. Pero González y parte de los grandes accionistas se negaron. Y ahí comenzó la batalla en la que se acusó al Gobierno de Zapatero de ser el muñidor de la operación. La presencia, como asesor del Ejecutivo del PSOE, del ex jefe del Servicio de Estudios del banco, Miguel Sebastián, que también fue expulsado por González, así como otros cargos clave, avivaron las venganzas. Del Rivero no desistiría durante meses en su intención. A la postre, todos podrían haber sido vigilados sin saberlo.

-¿Mandó espiar a los implicados en esa operación de asalto?

La estrategia de defensa mostrada mínimamente por Francisco González pasaría por desvincular «posibles actuaciones individuales de carácter irregular» de la «actuación en su conjunto del banco». Es decir, que si hubo encargos que sobrepasaron la línea roja de la ley, no eran su responsabilidad. Porque él los desconocía, o al menos, no tenía información de que esos trabajos se desarrollaban en ese contexto.

-¿Conocía personalmente al excomisario Villarejo?

Es uno de los principales escudos con los que cuenta González de cara a su imputación en la Audiencia Nacional. Las grabaciones realizadas por Villarejo revelan conversaciones con el entonces jefe de seguridad del banco, Julio Corrochano. Pero nunca con el propio González, quien supuestamente las habría encargado. Pero no ejecutado.

-¿Consintió la contratación de Cenyt en favor de sus intereses personales por encima de los del banco?

El sentido de esta respuesta puede acabar por pesar como una losa en forma de acusación por delito. Lo que el juez sabe fehacientemente es que BBVA mantuvo contratos con la empresa de seguridad Cenyt, vinculada a Villarejo, durante varios años. Teóricamente para labores de seguridad e información. Pero detrás de esas funciones podría esconderse el interés de González y «la cúpula» del grupo para mantenerse al frente del banco de una manera u otra, algo que ha acabado por afectar incluso a la reputación de la corporación casi 15 años después.

-¿Actuó siempre de forma lícita?

En sus escasas referencias públicas a este asunto, Francisco González ha insistido en que su actuación durante la presidencia de la entidad ha sido «intachable» yque se ha preocupado de que el banco cumpla todos los requisitos de transparencia y legalidad acordes a la normativa en cada momento, así como su «deseo de esclarecer» todas las circunstancias.

El expresidente de BBVA acudirá este lunes a declarar en la Audiencia Nacional sin que hasta ahora lo hayan hecho los resposnables de la entidad, que también está imputada como persona jurídica por los supuestos delitos de cohecho, revelación de secretos y corrupción en los negocios por los pagos que hizo durante años al excomisario a cambio de trabajos de espionaje. La comparecencia del banco estuvo fijada para el 10 de octubre, aunque se retrasó y será finalmente este miércoles día 20.

En cualquier caso, las estrategias de una y otra parte parecen diverger con el paso de los meses, a pesar de la defensa cerrada que desde la actual dirección del banco se ha realizado sobre sus antecesores. La entidad insiste en que la investigación que recae sobre González tiene unas derivadas y una estrategia de defensa que solo él conoce y va a desarrollar. Desde marzo, el banquero no es tampoco presidente de honor de BBVA, cargo que había asumido tras salir de la presidencia. Por su parte, más allá de la defensa que ha hecho el ejecutivo del banco en el que fue presidente, Francisco González idea otra línea de defensa, si no antagónica, al menos autónoma de la que pueda establecer la corporación por lo que ambos se juegan.