Los empleados de Caixabank en Burgos se manifiestan en contra del mayor ERE en la historia de la banca

«La primera pregunta de los clientes es si van a cerrar su oficina. Están asustados porque ven cómo desaparecen sus servicios. Con el volumen que tenemos en las oficinas, no podemos abarcar todo el trabajo. No se puede coger el negocio de una fusión, echar a la gente y coger el dinero. Nosotros estamos con esos clientes», continúa Gutiérrez, que habló en representación de los centenares de personas que se concentraron en la plaza Libertad.

De esta forma, todos los sindicatos hacen una petición unánime para que la empresa entre en razón. «Lo que hay sobre la mesa de negociación es inaceptable, es una falta de respeto a la plantilla. Esperemos que quiten la parte de las condiciones laborales y los despidos forzosos y se pueda negociar de una forma para que la gente que voluntariamente se quiera ir, se vaya y los que no, que se queden», recalca Gutiérrez.

Actualmente en Burgos, entre Caixabank y Bankia hay alrededor de 450 trabajadores, de los que muy pocos empleados entrarían en una hipotética jubilación pactada. «Todos los demás son despidos forzosos. Hay líneas rojas que no vamos a cruzar», concluye.