Burgos ha perdido la mitad de sus oficinas bancarias en 13 años

De acuerdo a los últimos datos que maneja al respecto el Colegio de Economistas de Burgos, ahora mismo permanecen operativas 279 sucursales de las diferentes entidades, mientras que en 2007, cuando se tocó techo, se llegaron a contabilizar hasta 550 oficinas. Esto implica que la provincia ha perdido casi la mitad de toda su red bancaria física en apenas 13 años.

Sin duda, la primera gran estocada vino de la mano de la crisis inmobiliaria y financiera de la pasada década, que obligó a las entidades a racionalizar costes y comenzar un proceso en el que se profundizó a raíz de las fusiones bancarias. En el caso de Burgos, la integración de Caja de Burgos y Cajacírculo en los conglomerados de CaixaBank e Ibercaja, respectivamente, fue determinante años atrás.

A partir de ahí, el cambio en el modelo de negocio, cada vez más enfocado hacia la operativa online, no ha hecho sino apuntalar el progresivo cierre de oficinas. Así, en los últimos ejercicios, en la provincia de Burgos han ido echando el cierre decenas de sucursales, a una media de entre 10 y 12 cada año.

No obstante, la tendencia se ha disparado en este 2020, con un total de 48 cierres en lo que va de año, una cifra nunca antes vista en la provincia. En total, ya son 271 las oficinas clausuradas desde que se alcanzó el máximo hace 13 años.

Eso sí, Burgos continúa teniendo una red de sucursales proporcionalmente más grande que buena parte del territorio nacional. En concreto, en la provincia hay una oficina bancaria por cada 1.315 habitantes, un índice que en el conjunto del territorio nacional se eleva hasta una oficina por cada 1.974 habitantes. Sin duda, la dispersión poblacional de la provincia es clave en este sentido, ya que varias entidades mantienen operativas numerosas oficinas en localidades pequeñas.