Los burgaleses ahorran a un ritmo menor por la inflación. RAFA GUTIÉRREZ

El ahorro se estanca en Burgos por la inflación pero sigue en máximos

Los ahorros de los burgaleses se sitúan en 12.585 millones de euros al finalizar el primer trimestre de 2022, un 4,3 por ciento más que en el mismo periodo de 2021

Sábado, 25 de junio 2022, 19:46

Los depósitos en la provincia de Burgos han seguido una senda ascendente, al igual que en todas las provincias de Castilla y León en el primer trimestre de este 2022 y en comparación a los mismos meses de 2021. En doce meses el ahorro se ... elevó en Burgos un 4,5 por ciento en Burgos hasta alcanzar los 12.585 millones de euros.

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Los depósitos de los burgaleses crecieron, entre el cuarto trimestre de 2021 y el primero de 2022 en 174 millones en la provincia de Burgos, según datos publicados por el Banco de España que recoge la agencia Ical.

La inversión crediticia se redujo en cinco provincias de Castilla y León y se elevó en las otras cuatro. En Burgos, concretamente, bajó en 7.150 millones de euros, un 2,4 por ciento. En la comparación con el último trimestre de 2021, los créditos se contrajeron en tres millones en Burgos.

Por último, el saldo entre créditos y depósitos arroja un ahorro entro de todos los territorios de Castilla y León, con especial peso en la provincia de Burgos con 5.435 millones de euros.

Gráfico elaborado por la agencia Ical con datos del Banco de España.

Situación regional

Los depósitos bancarios de los castellanos y leoneses se mantuvieron en máximos históricos durante el cierre del primer trimestre del año, con 79.015 millones en sus cuentas bancarias, un dato que revela no obstante un estancamiento en su crecimiento, ya que la cifra supone apenas un aumento en diez millones en relación al dato de cierre del ejercicio anterior (79.005 millones), como consecuencia del inicio de la escalada de la inflación, cuyo impacto se prevé más profundo en los próximos meses.

Ese estancamiento en el primer trimestre en relación al último de 2021, contrasta con el crecimiento del ahorro de los ciudadanos de la Comunidad, respecto al mismo periodo del ejercicio pasado, que se situó en los 2.939 millones de euros (76.076 millones en depósitos en el primer trimestre de 2021), con una alza en términos relativos del 3,9 por ciento.

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Las cifras publicadas esta semana por el Banco de España, recogidas por Ical, reflejan un aumento constante de los depósitos de los castellanos y leoneses, en las entidades financieras, durante un primer trimestre desde el año 2017, cuando se contabilizaron 64.847 millones en las cuentas, que pasaron a 65.561 en los tres primeros meses de 2018; a 68.006 en los de 2019; a 70.679 en 2020; a 76.076 en 2021, y a 79.015 en 2022, en máximos de la serie.

La elevada cifra de ahorro, contrasta con los bajos datos de inversión crediticia, que sigue sin recuperar el pulso. En concreto, se situó en los 44.400 millones en el primer trimestres, una cifra once millones por debajo del dato del cuarto trimestre de 2021 (44.411 millones), lo que revela de nuevo ese estancamiento monetarios, aunque fue 936 millones superior a los 43.464 millones de los mismos meses del ejercicio pasado, con una subida porcentual del 2,2 por ciento. Los créditos sólo acumulan un año de crecimiento en un primer trimestre y están lejos de los 75.588 millones que alcanzaron en ese periodo en el año 2009, cuando acababa de estallar la anterior crisis bancaria e inmobiliaria.

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El carácter ahorrador y conservador del dinero de la Comunidad, queda reflejado en su peso dentro del conjunto del sistema financiero español, ya que si los depósitos bancarios de los castellanos y leoneses suponían a cierre del primer trimestre del año el 5,32 por ciento del total nacional, los créditos representaban el 3,57 por ciento.

En este sentido, el ahorro de los castellanos y leoneses sirve para financiar otras economías, ya que la diferencia entre créditos y depósitos ya alcanza los 34.615 millones de euros. Una cifra de ahorro neto también en máximos, que servirá para hacer frente a meses complicados que se avecinan con la mala coyuntura económica por los elevados precios, que no paran de subir, por los costes energéticos, y la crisis de abastecimiento de materias primas, en un contexto derivado de la guerra de Ucrania.

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