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Las compañías aéreas siempre se han caracterizado por su falta de flexibilidad a la hora de tener que cambiar un vuelo, a no ser que previamente se hubiera elegido una tarifa que lo permitiera, pero que por su sobrecoste nunca era la opción más elegida. ... Sin embargo, la crisis del coronavirus ha obligado a replantear sus condiciones de vuelo y que los pasajeros tengan confianza en sacar sus viajes de este verano sin miedo a que futuras restricciones les dejen sin volar y les sea complicado recuperar el dinero.
Iberia ha sido una de las primeras en poner en marcha esta iniciativa. La compañía permite que los billetes comprados hasta el 30 de junio se puedan cambiar de fecha y/o destino hasta el 31 de diciembre, sea cual sea la tarifa elegida. Hasta ahora la penalización por cualquiera de estos cambios en la tarifa básica era de unos 60 euros.
«En estos momentos de incertidumbre nosotros queremos darle a la gente tranquilidad a la hora de comprar sus billetes», explican a este periódico fuentes de Iberia. Así, si se tienen dudas llegado el momento «por razones personales o del entorno», es importante saber que no se pierde el billete, sino que se puede cambiar sin coste hasta 15 días antes del despegue, señalan. «A muchas personas que están deseando preparar sus vacaciones esto les ayuda a animarse», destacan.
1.200 millones de euros será la ayuda que el gobierno portugués inyecte sobre la aerolínea nacional TAP para solventar sus problemas de liquidez. También Cathay Pacific ha conseguido que Hong Kong aporte el 70% de su plan de recapitalización de 4.500 millones.
Por ahora esta opción solo está disponible para los billetes que se compren antes del 30 de junio, pero la empresa no descarta ampliarlo. Aunque estas mismas fuentes reconocen que a partir de esa fecha «ya habrá la suficiente claridad sobre apertura de fronteras y condiciones de viaje» para que la incertidumbre actual no exista.
Ha llamado la atención que Ryanair, una de las aerolíneas 'low cost' más rígidas en sus condiciones de viaje, se haya unido a esta iniciativa. La compañía irlandesa anunciaba esta semana que eliminará las tasas de cambio de vuelo para todas las reservas de julio y agosto. Su objetivo también es «tranquilizar» a los clientes permitiéndoles cambiar sus vacaciones de verano «si sus planes de viaje varían», señala la empresa.
Se permitirá cambiar por cualquier otro vuelo hasta el 31 de diciembre pero solo en las rutas ya reservadas. A partir del 1 de julio, Ryanair planea operar más de 1.000 vuelos diarios después de un parón de casi cuatro meses. «Queremos ofrecer a nuestros clientes tanta confianza y flexibilidad como sea posible, sin aplicar ningún cargo por cambio de vuelo en caso de que sus planes de viaje cambiaran», señaló el director de Marketing, Dara Brady, en un comunicado.
Pero las aerolíneas no solo quieren que la confianza de los turistas haga crecer la demanda, también la de uno de sus sectores de mayores ingresos: los viajes de negocios. «Los desplazamientos por motivos de trabajo ahora serán distintos, porque algunos se sustituirán por videoconferencias y habrá más concienciación medioambiental», reconoce Hugo Van, responsable de Marketing de Aervio. Desde la plataforma de gestión de viajes corporativos creen que los desplazamientos de trabajo se recuperarán, igual que lo han hecho en crisis precedentes como la del SARS o los atentados del 11-S, pero será «por partes, primero los viajes de primera necesidad de las empresas y más tarde los eventos con más afluencia como ferias y congresos».
Para solventar la situación de muchas de estas aerolíneas que por el desplome de la demanda están abocadas a la quiebra, muchos países están optando por el rescate. Tras el caso de Lufthansa, Norwegian y Air-France-KLM, la última semana la Comisión Europea ha autorizado al Gobierno portugués a ayudar con 1.200 millones a la aerolínea TAP para cubrir sus necesidades de liquidez tras el parón por la Covid-19.
Además, Francia ha anunciado un paquete de ayudas de 15.000 millones para el sector aeronáutico, que cuenta con 1.300 empresas en el país y genera 300.000 empleos. Así, a la ayuda de 7.000 millones a Air France se suman los 3.500 millones en créditos para Airbus y otros 1.500 millones para apoyar la I+D en el sector.
También la aerolínea de bandera de Hong Kong, Cathay Pacific, ha conseguido un plan de recapitalización de la empresa por valor de casi 4.500 millones de euros, de los que el Gobierno aportará el 70%.
A la crisis del desplome de la demanda de viajeros a la que las aerolíneas están haciendo frente, se une un gasto más en la desescalada hacia la reapertura de fronteras entre países. Aunque es Aena quien debe adaptar sus aeropuertos a la 'nueva normalidad', lo hará a través de fondos del Ministerio de Sanidad y aumentando las tarifas que cobra a las aerolíneas, lo que a su vez podría repercutir en la subida de los billetes.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) decretó el pasado miércoles que Aena podrá recuperar los costes con las autoridades sanitarias a través del Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA), que recoge las tarifas aeroportuarias que el gestor cobra a las aerolíneas. Algo que ha hecho que las compañías pidan responsabilidades al Gobierno.
Así, la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), que representa al 70% de los vuelos operados en España, ha pedido al Gobierno que asuma la totalidad de los costes derivados de los controles sanitarios en los aeropuertos y de las medidas de seguridad e higiene que ponga en marcha Aena ante la propagación de la pandemia, ya que lo considera «un perjuicio y un freno a su necesaria recuperación».
En su opinión, debe ser el propio Ejecutivo quien asuma toda la inversión que supongan los nuevos controles sanitarios que tengan que implementar los aeropuertos. El presidente de la ALA, Javier Gándara, critica que, en un momento en el que se desconoce cómo va a responder la demanda y en el que «la recuperación es del todo incierta», el Gobierno «ponga piedras en el camino de la recuperación del sector aéreo». Si el Estado no asume esos costes, las aerolíneas probablemente tengan que subir el precio de los billetes, y eso reduciría aún más la demanda.
Gándara ha señalado que el Gobierno «debe mostrarse igualmente sensible» con el transporte aéreo con medidas que contribuyan a su recuperación, dado que es «el sector que está sufriendo con más intensidad esta crisis» y ha recordado que «más del 80% del turismo internacional llega por vía aérea».
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