Indicador del nivel de competencia en el mercado minorista eléctrico y gasista, la tasa de cambio de comercializador –o de 'switching', según la jerga del sector– es el cociente entre el número de cambios activados y el de puntos de suministro existentes. A grandes rasgos, ... en torno a uno de cada diez clientes abandonan todos los años su compañía y se marchan a la competencia por diversos motivos, en especial atraídos por una oferta o insatisfechos con el servicio. En el caso de Castilla y León, la tasa de cambio en electricidad fue del 10,6%el año pasado, en línea con la media nacional (10,8%), mientras que la de gas fue algo superior, del 11,5% en la comunidad, frente al 9,8% de todo el país.
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Los porcentajes se traducen en que 215.442 usuarios cambiaron de compañía de electricidad en 2017 y 53.645 lo hicieron de comercializadora gasista. En Castilla y León se contabilizan 2,03 millones de puntos de suministro eléctrico y 466.483 de gas.
La evolución anual de las tasas de mudanza muestra una tendencia ligeramente negativa que, según el último informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), «debe valorarse conjuntamente con otros indicadores relacionados con la estructura y el grado de satisfacción de los consumidores». Así, «no se puede descartar que, en ausencia de cambios estructurales y de variaciones significativas entre precios ofertados para los servicios básicos de electricidad y gas natural», una elevada tasa de 'switching' «pueda estar asociada en parte con un elevado grado de descontento de los consumidores», como el que, por otro lado, revelan los datos del panel de hogares de la propia CNMC.
Tanto en el sector eléctrico como en el del gas la tasa anual de cambio es la más reducida de los últimos cuatro años. Mientras el número de puntos de suministros ha ido aumentando año tras año –en el caso de la comunidad autónoma, un leve 0,3%para la electricidad (2.776) y el 2,5% par el gas (11.603)–, el de activaciones de cambio se ha ido reduciendo. Un año antes fue del 11% y el 14,3%, respectivamente.
Por otro lado, los tiempos medios de cambio de comercializador en electricidad y en gas natural fueron de 10,2 y 12,2 días, respectivamente, uno y dos días menos que en el ejercicio anterior. El balance del organismo supervisor destaca que «la venta domiciliaria es ocho y nueve días más lenta que el resto de canales tanto en el sector eléctrico como gasista», que se explica «tanto por una operativa ineficiente por parte de las fuerzas de venta, como por las auditorias de calidad que, en algunos casos, deben pasar estas solicitudes antes de que los comercializadores efectúen la solicitud efectiva del cambio al distribuidor».
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No todas las solicitudes enviadas por los comercializadores son aceptadas, y a su vez, no todas las aceptadas son activadas. A nivel nacional, el porcentaje de rechazos ha ido aumentando desde el 6,1% de 2014 al 11,2% de 2017, año en que superaron los 410.000. En el sector gasista se produjo un decremento considerable de solicitudes en 2017 con respecto al año anterior (del 18%, casi 210.000 menos), así como en el de solicitudes rechazadas, si bien la tasa de rechazos sigue en torno al 19%.
El principal motivo de rechazo para el cambio de compañía eléctrica en 2017 es que «el NIF-CIF no coincide con el del contrato en vigor» (36,5%). Suele deberse a que se pretende realizar «un cambio de titularidad sin cambios de condiciones contractuales, cuando en realidad debe solicitarse un cambio de comercializador junto a un cambio de titularidad». El segundo motivo de rechazo es «la falta de documentación técnica de baja tensión» (7,4%).
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El motivo de rechazo más frecuente en el sector gasista corresponde a un «error de integridad: DNI no coherente con el Código Universal de Punto de Suministro» (30%). Las distribuidoras del grupo Gas Natural Fenosa argumentan «que algunas comercializadoras lanzan varias solicitudes de cambio de un mismo punto de suministro utilizando todos los DNI de los posibles titulares (a manera de 'prueba y error'), esperando que alguno de esos documentos de identidad sea el correcto. En segundo lugar motivo, que «no existe contrato de Acceso de Terceros a la Red en vigor» (24,4%) se refiere a los casos en los que se intenta realizar un cambio de comercializador cuando en realidad se debería tramitar un alta de suministro.
Al cierre de 2017, las comercializadoras de los cinco grupos energéticos tradicionales, suministraban el 88,5% de los puntos de suministro del mercado libre (hace tres años eran el 90,7%). El resto de comercializadoras, las llamadas independientes, suministran el 11,5% de los puntos (9,3% hace tres años).
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De ellas, destacan CIDE HC Energía y Fenie Energía con unas cuotas del 2,4% y 1,7%, respectivamente, mientras que el resto de comercializadores independientes cuentan con cuotas inferiores al 0,6%. No obstante, Competencia recomienda analizar los datos del mercado libre por segmentos de consumo. Así, si bien estas cuotas se mantienen para el segmento doméstico, en los de las pymes e industrial, las comercializadoras independientes alcanzan unas mayores cuotas de puntos de suministro (del 27% y del 24,2% respectivamente), lo que denota mayor competencia en estos segmentos de mercado.
Cobros por productos no contratados, incumplimientos del contrato, facturas incorrectas, mala calidad del suministro… El año pasado los consumidores de energía –luz y gas– presentaron algo más de un millón y medio de reclamaciones, la mayor parte de ellas (1,13 millones) contra las empresas eléctricas. En el conjunto de España esto supone una media de cuatro reclamaciones por cada cien clientes de electricidad y cinco en el caso del gas natural. En la comunidad autónoma, el recibo de la luz genera menos quejas que la media nacional, tres por cada cien usuarios, y el del gas, más: 5,7, lo que coloca a Castilla y León en quinta posición.
Según el balance de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, del total de reclamaciones presentadas en 2017, el 40% en el sector eléctrico y el 35% en el del gas natural fueron consideradas como procedentes por las empresas y, por tanto, resueltas de manera favorable para el consumidor.
El canal más utilizado por los consumidores para efectuar una reclamación es el telefónico (78% en el gas y 61% en electricidad), seguido del presencial.
Los motivos más frecuentes de las reclamaciones son las discrepancias sobre la medida o sobre la facturación y cobro, que suponen aproximadamente la mitad de todas las reclamaciones recibidas en ambos sectores, seguidas por las quejas relacionadas con el proceso de contratación del suministro. Además, en el sector eléctrico también es importante el número de reclamaciones referidas a la calidad de suministro, mientras que en el sector del gas aparece, como motivo específico, la atención al consumidor (incumplimiento de la hora de realización de la revisión periódica).
De hecho, en el sector eléctrico existen diferencias sustanciales en las tasas de cambio para los segmentos pyme (27,1%) e industrial (19,8%), más elevadas que la observada en el segmento doméstico/comercial (10,3%), «dado que el mayor consumo medio de los primeros les hace más sensibles al precio», además de que hay en este segmento más comercializadores independientes, explica la CNMC.
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Al cierre del año pasado, en el mercado libre, Iberdrola contaba con 6,60 millones de puntos de suministro (el 37,3% del total);Endesa tenía 5,33 millones (30,1%); Gas Natural Fenosa (GNF) –ahora llamada Natugy– sumaba 2,38 millones (13,4%);EDP, 913.499 (el 5,2%) y Viesgo contaba con 438.349 (el 2,5%). El 11,5% restante, más de dos millones de suministros hasta completar los 17,70 millones que hay en España, se los repartieron pequeñas comercializadoras como CIDE HC Enegía, Fenie, Clidom, etc.
Entre 2014 y 2017, prácticamente todas ganaron clientes, pero su peso específico en el sector ha variado. Por ejemplo, Endesa ha elevado su nómina de suministros en más de un millón y ha ganado el 1,1% de cuota de mercado. EDP ha subido dos décimas y Viesgo, una. Mientras, GNF ha ganado casi 400.000 mil usuarios pero ha perdido una décima de cuota e Iberdrola, que ha crecido en casi 600.000 mil suministros, ha retrocedido 3,7 puntos porcentuales en su dominio.
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El conjunto de pequeñas comercializadoras, por su parte, han sumado casi setecientos mil clientes en los tres últimos años y su parte de la tarta eléctrica ha pasado del 9,3%al 11,5%.
Desde la perspectiva de tipo de movimiento en el mercado, es decir, si el cambio es desde el mercado regulado al libre, en el sector eléctrico los movimientos entre comercializadoras libres han ido aumentado su peso relativo año tras año y alcanzan en 2017 el 64,7% de los cambios registrados. Por otra parte, «se observa que el movimiento de consumidores del mercado regulado al mercado libre continúa perdiendo peso en los últimos años, reduciendo en más de la mitad el volumen de activaciones de este tipo de movimiento con respecto a lo registrado tres años antes, pasando de 1.792.144 activaciones (2014) a 854.149 el año pasado, el 27,3% del total». Competencia constata también una ligera disminución en el número de consumidores que vuelven al comercializador de referencia desde el mercado libre ( 247.00 solicitudes activadas el 2017, el 7,9% de los cambios».
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