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ENRIC GARDINER
Madrid
Jueves, 30 de junio 2022, 16:39
El camino de Rafa Nadal en este Wimbledon está cargado de momentos buenos y momentos malos y el objetivo es que sean los primeros los que pesen más. No es el Nadal arrasador de la tierra batida, ni el contundente del cemento, pero poco a ... poco el balear está acercándose a su nivel en la hierba y victorias como la lograda este jueves ante el lituano Ricardas Berankis (6-4, 6-4, 4-6 y 6-3) demuestran la línea ascendente que está tomando.
El español fue claro consigo mismo. «He jugado mal, en especial en los dos primeros sets. No sentía la pelota», aclaró en rueda de prensa. Pero le sirvió para acceder a tercera ronda. Como él mismo dijo, jugar mal no es malo. «La gran diferencia que creo que hemos tenido tanto Federer, como Djokovic como yo mismo; sabéis que no soy en ese sentido nada arrogante, pero si hemos hecho algo mejor que el resto es que somos los que hemos ganado más partidos jugando mal», apuntó Nadal, que tras dos partidos irregulares sigue vivo en el torneo y ya está en tercera ronda.
«Esta es la clave del éxito de los tenistas. Jugando bien, casi todo el mundo gana, porque las diferencias a este nivel no son muy grandes. Cuando uno juega bien gana por inercia; la clave está en ganar cuando uno juega mal, porque cuando uno juega mal y pierde, no juega hasta la semana que viene. Si juegas mal y ganas, puede que juegues bien el siguiente partido», destacó el manacorense.
Por eso Nadal sacó sensaciones positivas del encuentro ante Berankis, una muestra de que lo importante, tras tres años alejado de esta superficie, es sumar minutos. «Cuatro sets y más de tres horas de partido. Todo ayuda», matizó.
El balear necesitó de varios instantes de calidad, rodeados de muchos errores, más de 30 con la derecha, para salvar cada momento de duelo entre él y Berankis. En el primer set, el que aprovechó sus oportunidades fue Nadal. En el segundo, el lituano tuvo la ventaja, pero se le escapó. Fueron un par de aleteos de mariposa que podían haber caído para cualquier lado, pero en los que el tenis de Nadal siempre prevaleció.
Necesitó Berankis un set prácticamente perfecto, con solo dos errores no forzados, para poder apuntarse un tanto. Infligió a Nadal el segundo set en contra del torneo, muestra de que el balear aún no está al cien por cien, pero también de una de las máximas que impuso. «La experiencia te da saber cuándo tienes que estar a tu máximo nivel. Ni hoy, ni el día de mi debut, son los días para estar al máximo», analizó.
De los 13 primeros puntos del tercer set, se llevó 12. Construyó una ventaja que le daba el partido, hasta que la lluvia interrumpió el encuentro. Un parón de 50 minutos liado por la organización, que dudó entre techar la pista o no hacerlo y que luego se demoró para quitar las lonas y dar luz verde al juego. Lo positivo es que el entretiempo no despistó a Nadal, que con el 3-0 sostuvo sus tres siguientes servicios y selló su pase a la tercera ronda. No fue un aplastamiento, pero sí una actuación necesaria y convincente.
Su próximo rival será el sábado el italiano Lorenzo Sonego, que derrotó a Hugo Gaston y se enfrentará por primera vez en su carrera al español. El transalpino venció a Denis Kudla en primera ronda y a Hugo Gaston en segunda y posee un buen registro en hierba, donde ha ganado un título (Antalya 2019) y perdido una final (Eastbourne 2021).
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